Otello en el Teatro Argentino
Muy buena versión
Teatro Argentino de La Plata
Domingo 2 de Agosto de 2015
Escribe: Graciela Morgenstern
"Otello", ópera en cuatro actos
- Musica: Giuseppe Verdi
- Libreto: Arrigo Boito (basado en la obra de William Shakespeare)
Otello - José Azócar (tenor)
Desdemona - Paula Almerares (soprano)
Iago - Fabián Veloz (barítono)
Cassio - Sergio Spina ( tenor)
Emilia - Mariana Carnovali (mezzo) y otros
Orquesta Estable - Director Carlos Vieu
Coro Estable - Director Hernán Sanchez Arteaga
Coro de Niños - DirectorMónica Darroguet
Una muy buena versión de Otello se presentó en el Teatro Argentino, continuando su temporada de ópera. El público, que colmaba la capacidad de la sala disfrutó de la velada que fue aplaudida con entusiasmo.
El tenor chileno José Azócar en el papel protagónico, comenzó la función con algunos problemas y pareció trastabillar frente a la exigencia de cantar notas muy comprometidas ni bien hace su entrada en escena, tal como sucede con muchos tenores, algunos de ellos de gran fama internacional. Así, su “Esultate” y “Abasso le spade” sonaron tirantes y no estuvieron a la altura de las expectativas. Pero durante el transcurso de la función, sus condiciones vocales fueron mejorando notoriamente. Tuvo muy buena participación en el dúo “Si per ciel” y brindó un emotivo “Niun mi tema”. Cantó con voz robusta y aportó autoridad actoral, tal como debe ser Otello. Su participación recibió entusiastas aplausos al final de la función.
Paula Almerares como Desdémona mostró gran calidad interpretativa. La belleza tímbrica de su voz, emisión nunca forzada y sólida técnica, con legato muy refinado y bello portamento, se conjugaron para que su canto sonara convincente y emotivo, especialmente en “La Canción del Sauce” y el “Ave María”. Por otra parte, se desenvolvió bien sobre el escenario, dejando expuesta la fragilidad del personaje en algunos momentos y su fortaleza en otros, con una actuación sentida e intensa, que recibió una gran ovación.
Otro ovacionado fue Fabián Veloz, quien compuso un Iago sobresaliente, tanto por su desenvolvimiento escénico, así como también por sus virtudes vocales. Su Credo tuvo gran poderío vocal y vigor. Otorgó personalidad a su interpretación y transmitó la naturaleza ladina y cambiante de lago, el verdadero motor de la obra.
En los roles comprimarios, cabe destacar el incisivo Cassio de Sergio Spina y la Emilia de Mariana Carnovali. El resto del elenco se desempeñó con corrección. Tanto el Coro de Niños como el Coro Estable, bajo las órdenes de Mónica Dagorret y Hernán Sánchez Arteaga, respectivamente, realizaron una excelente labor.
Carlos Vieu al frente de la Orquesta Estable produjo una interpretación vivaz y dinámica, de fuertes contrastes, alternando lirismo con poderío, tal como la obra lo requiere, siempre manteniendo el equilibrio entre escenario y foso.
Desde las escenas de conjunto caóticas y oscuras del principió a las complejas relaciones humanas del segundo acto y el desenlace final, Pablo Maritano tuvo respuestas dramáticamente convincentes para todos las situaciones y fue eficaz manejando masas que se agrupan y se disuelven. La puesta presentó, en los tres primeros actos, una escenografía de Enrique Bordolini, que emulaba al teatro The Globe, montada sobre partes móviles que se unían o separaban dando mayor intimidad a algunas escenas y permitiendo que otras fueran de grandes grupos. La iluminación, también diseño de Borodolini y el vestuario de Sofía Di Nunzio fueron adecuados.
Finalmente, la concurrencia, conmovida por el drama shakesperiano, la imponencia de la creación verdiana y las buenas actuaciones de solistas y cuerpos estables, brindó calurosas ovaciones finales