"Rusalka" por Buenos Aires Lírica
Buenos Aires Lírica
Teatro Avenida
Viernes 2 de Octubre de 2015
Escribe: Diego Montero
RUSALKA, leyenda lírica en tres actos
Música de Antonín Dvořák
Libreto de Jaroslav Kvapil.
Dirección musical: Carlos Vieu
Puesta en escena: Mercedes Marmorek
Elenco: Daniela Tabernig, Eric Herrero, Homero Pérez-Miranda, Elisabeth Canis y Marina Silva
La reputada institución en la producción de espectáculos líricos, Buenos Aires Lírica obtuvo, por el estreno argentino de la ópera Rusalka del compositor checo Antonín Dvořák, un nuevo laurel en su trayectoria. Y esta merecida coronación es unos de los hechos más significativos en la historia de la ópera de la Argentina.
Rusalka, que debió esperar 114 años para su representación, es una obra indudablemente bella, y no hay justificación satisfactoria para entender por qué una obra tan valiosa tardó tantos años en recrearse.
Rusalka posee una particular simpatía entre texto y música; una compleja coloración armónica cordial y agradable; valiosos y vívidos ritmos folclóricos integrados a melodías elegantes, plácidas y dulces. Todo ello como sustrato de un libreto que refleja situaciones psicológicas reales del cual se puede reflexionar larga y profundamente sobre el hombre y su relación, no siempre respetuosa, con la naturaleza, y la restauración de los daños cometidos por el sacrificio de la sangre.
Toda la producción realizada en el Teatro Avenida se sostuvo únicamente sobre dos sólidos pilares: La musicalidad y sabiduría en la dirección de orquesta por parte de Carlos Vieu por un lado, y la soprano Daniela Tabernig por el otro.
Pocas veces nos encontramos con artistas que sobresalen de tal modo que nos empequeñecen pero nos elevan. Artistas de espíritu brillante que nos enceguecen y nos hacen tomar conciencia de nuestra fealdad. Porque en Tabernig todo es belleza. Desde el color de su voz, cuidado en la articulación de la palabra y la elegancia en el fraseo, hasta la fragilidad de su temperamento. Toda ella es Rusalka, es decir, una “mujer encantada”. Nada ni nadie puede afearla. Ninguna situación puede evitar que nos podamos transportar a las profundidades del lago, en donde Rusalka vive entre la inmensidad y también la pasmosa frialdad (por carecer de alma), y podamos revivir la creación sublime y metafórica de Dvořák. Porque la música de Dvořák es mágica. Porque Daniela es mágica. Porque su belleza es mágica.
Lamentablemente, saliendo de tan hermosos pensamientos, nos preguntamos: ¿Cómo es posible que estos pocos artistas luminosos no integren constantemente los elencos de las salas más importantes de nuestro país? ¿Será por ceguera? ¿Será por torpeza? ¿O será por envidia?
Pero Daniela Tabernig no estuvo sola en esta magnífica versión musical presentada por Buenos Aires Lírica. El tenor Eric Herrero aportó calidez y afinación creando un personaje convincente al igual que la mezzosoprano Elizabeth Canis que planteó una “bruja” de gran fuerza y vigor. El barítono Homero Perez-Miranda, algo rústico en su emisión, supo captar la naturaleza de su personaje dando vida a un padre, El señor de las Aguas, angustiado pero severo. Muy buena la participación de la soprano Marina Silva por su emisión punzante y potente acorde a los requerimientos del papel de la Princesa extranjera. Mirko Tomas, como el Guardabosque, y Cecilia Pastawski como el Mozo de cocina, dieron vida a dos personajes secundarios pero comprometedores por su dificultad vocal. Finalmente vale la pena mencionar el buen trabajo de Oriana Favaro, Rocío Giordano y Vanina Guilledo como las tres... ¿ninfas del bosque?
Diego Montero