Después de casi tres décadas de ausencia del Colón
EXCELENTES VOCES EN "PARSIFAL"
Teatro Colón
Viernes 4 de Diciembre de 2015
Escribe: Carlos Ernesto Ure
"Parsifal", festival sagrado en tres actos, con libro y música de Richard Wagner.
Con Christopher Ventris, Nadja Mitchell, Stephen Milling, Ryan Mc Kinny, Hernán Iturralde, Héctor Guedes, Iván Meier, Norberto Marcos y Alejandra Malvino.
Coreografía de Ignacio González Cano
Iluminación de José Luis Fiorruccio
Escenografía de Diego Siliano vestuario de Luciana Gutman
"Régie" de Marcelo Lombardero.
Coro de Niños (César Bustamante)
Coro (Miguel Martínez) y Orquesta Estables del Teatro Colón (Alejo Pérez).
Creación impregnada de misticismo, culminación del periplo artístico de Richard Wagner, pero nueva para las generaciones argentinas actuales (no se da en nuestro país desde 1986), "Parsifal" subió finalmente a escena el viernes en el Colón. Anémica en más de un aspecto, la versión se destacó sin embargo por la excelencia de sus principales figuras vocales, un "cast" internacional homogéneo cuya actuación rayó verdaderamente a gran altura.
Grandes cantantes
Dueña de un registro formidable, potente, parejo en toda la tesitura, de color aterciopelado, la mezzo alemana Nadja Mitchell (Kundry), se distinguió en primer lugar debido también debido a la profundidad dramática de su fraseo y una técnica que le permitió manejar todas las gradaciones con absoluta naturalidad y sin esfuerzo.
A su lado el bajo danés Stephen Milling (Kurwenal), quien acaba de cantar en Agosto en Bayreuth, mostró un metal magníficamente timbrado, dicción clarísima, amplio volumen y emisión por completo franca y uniforme.
El otro artista que hizo igualmente su presentación entre nosotros, al igual que sus colegas, dominador cabal de su papel, fue el tenor británico Christoph Ventris, uno de los Parsifal más importantes del mundo en los tiempos que corren. Aparte de su desenvoltura teatral, su voz lució consistencia y tersura al mismo tiempo, y alcanzó acentos de tocante convicción en todo el tránsito que va de la criatura inocente y salvaje a la encarnación progresiva de su misión redentora.
La orquesta y la puesta
El barítono estadounidense Ryan McKinny personificó a su vez al rey pecador, Amfortas, el ser de la llaga y la laceración eternas, con línea correcta y persuasiva, y nuestro compatriota el barítono Héctor Guedes (Klingsor), de conocida labor en Alemania, acreditó una vez más sobresaliente carácter y calidad vocal y estilística.
Preparado por César Bustamante, el Coro de Niños no estuvo precisamente en su mejor noche; pero fue en cambio descollante la faena del Coro Estable, cuyo titular es Miguel Martínez (con excepción de los trozos en que sus miembros fueron ubicados en los palcos "avant-scéne"). Aguerrido, impecable en sus diversas resonancias, seguro e incisivo, este gran organismo se reveló nuevamente como uno de los mejores del país en su especialidad.
Después de las recordadas versiones de Erich Leinsdorf y Franz-Paul Decker, Alejo Pérez hizo en esta ocasión sus primeras armas con este título, y su traducción resultó de epidérmica pulcritud, cuidada, lineal, carente de vigor comunicativo (y encima, "Parsifal" es muy larga). Se trata, de todos modos, de un maestro de carrera ascendente en el exterior, que podrá ir ahondando con el tiempo su interpretación del festival sagrado wagneriano y proyectarlo con más soltura. Sin entrar en detalles, la Orquesta del Colón se manejó a su vez con profesionalidad y solvencia.
En cuanto a la puesta, esforzada, efectista, perteneciente a Marcelo Lombardero, lo único que puede decirse es que resultó incomprensible. ¡Se podía haber hecho algo tan bello!
Carlos Ernesto Ure