“Prima Donna” en el Festival de Verano del Colón
Teatro Colón
Viernes 19 de Febrero de 2016
Escribe: Néstor Echevarría (La Prensa)
“Prima Donna” de Rufus Wainwrigth, y canciones para voz, piano y orquesta.
Dirección Bernardo Teruggi.
Cantantes: Guadalupe Barrientos, Oriana Favaro y Carlos Ullán
Sin duda fue un espectáculo atípico el que nos ocupa en esta recensión, ofrecido en el teatro Colón en su Festival de Verano 2016. También puede conceptuarse atípica la personalidad del autor y protagonista, el norteamericano, nacido en Nueva York hace cuarenta y dos años, Rufus Wainwrigth, que enseguida se estableció en Canadá y desarrolló desde muy joven una curiosa simbiosis entre la música clásica (la opera sobre todo de la que se apasionó) y el cancionero folk, que cultiva como cantautor, pianista y cantante popular en un “crossover” singular .
De manera que “Prima Donna” es un producto que surgió hace unos seis años, cuando la presentó en un festival en Manchester , y fue rondando luego por otras ciudades. Una concepción a la manera operística, con el modelo de una cantata, con una nutrida orquesta de sesenta músicos que tuvo la dirección de Bernardo Teruggi y tres solistas vocales , y cuyo móvil inspirador está en rememorar la vida de la celebre María Callas, de la que siente admiración.
Lo de Callas queda como intención y velada alusión, puesto que algún retrato de la diva greconorteamericana aparece en el filme, pero el enfoque esta representado por personajes de libreto como una suerte de parónimos, con otros nombres y la imagen de Cindy Sherman, que aparece constantemente en la pantalla .
En su concepción - la versión ofrecida duró cincuenta y ocho minutos -- contó con la ponderable actuación de los cantantes Guadalupe Barrientos en un cometido vocal y expresivo solvente como la Prima Donna, de Oriana Favaro como la criada y Carlos Ullán, como el periodista, dentro de climas sonoros construidos con efecto.
La segunda parte de la velada giró completamente hacia el terreno pop, con un recital del cantautor incluyendo canciones melodiosas y hasta melancólicas , incluyendo la conocida aria de “Martha”de Flotow con la participación de Favaro. En todo ese segmento alternaba su canto con acompañamiento de piano o con la orquesta completa dirigida por Teruggi.
En suma, función atípica como decíamos pero hábilmente articulada, en una rara velada que tuvo concurrentes para los dos motivos contrastantes del programa.
Néstor Echevarría