“Don Giovanni” en el Teatro Colón
Teatro Colón
Sábado 9 de Abril de 2016
Escribe: Alejandro Dominguez Benavides
Nuestra opinión: Buena
“Don Giovanni”, ópera en dos actos, con libro de Lorenzo Da Ponte, y música de Wolfgang Amadeus Mozart. Con, Homero Pérez Miranda , Daniela Tabernig, Mónica Ferracani, Santiago Bürgi, Lucas Debevec Mayer, Marisú Pavón Gustavo Feulien y Emiliano Bulacios. Iluminación de José Luis Fiorruccio, escenografía de, Daniel Bianco, vestuario de Renata Schussheim y “régie” de Emilio Sagi. Coro (Miguel Martínez) y Orquesta Estables del Teatro Colón (Marc Piollet).
"Don Giovanni, ossia il disoluto punito" es uno de los títulos más conocidos y populares de Wolfgang Amadeus Mozart. No extraña. Estamos ante una de esas obras que se resisten al encasillamiento debido a su riqueza argumental que va más allá de un discurso dramático lineal. Ópera trágica, también bufa en cierta medida, y con trasfondo mágico, esta genialidad mozartiana transita por territorios ambiguos en los que el compositor salzburgués explota a fondo las más diversas situaciones en un caos sólo aparente porque desvela, en su profundidad interna, rigor absoluto.
Por esa y otras razones siempre es una buena noticia que una opera de Mozart suba al escenario del Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires y el sábado 9, a la función extraordinaria, se sumó como es tradición un elenco distinto al de las funciones de abono.
El papel de Don Giovanni fue interpretado por el barítono Homero Pérez Miranda, buen actor, buena emisión y agradable timbre de voz aunque sobre el final se notó cierta fatiga vocal y dificultades en la proyección de la voz. Santiago Bürgi encarnó a Don Ottavio con convicción poseedor de un timbre de tenor lírico, límpido y de singular belleza. La interpretación del aria dalla sua pace, fue uno de sus mejores momentos. Un buen partenaire de Daniela Tabernig, sin embargo su caudal de voz resultó limitado en los números de conjunto.
El barítono Gustavo Feulien (Masseto) y la soprano Marisú Pavón (Zerlina) compartieron el matrimonio novel de la fábula y un desempeño regular en el escenario. En el caso de Feulien por lo menos actuó bien, vocalmente no estuvo esta vez, a la altura de las circunstancias. Pavón acompaño de manera deslucida a Pérez Miranda en La ci darem la mano por ejemplo con voz débil casi contenida, opaca y sin matices lejos del canon mozartiano y actoralmente no encontró al personaje, le falto la gracia, picardìa y candidez necesaria para encarnarlo. Emiliano Bulacios (Comendador) se lució en el diálogo final: potente registro de bajo actuado con sentimiento y convicción.
Pero fueron: el bajo Lucas Debevec Mayer — un descollante Leporello demostró un espectacular dominio escénico— junto a Mónica Ferracani (Donna Elvira) y Daniela Tabernig (Donna Anna ) quienes brillaron en un parejo desempeño vocal , no sólo integran la terna de los mejores cantantes argentinos 2015 que elegimos en la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina en la última asamblea, sino que gracias a estos tres artistas notables pudimos disfrutar a Mozart por encima del regiseur Emilio Sagi –es rescatable su trabajo de dirección de actores- pero no su concepción escénica complementada con la escenografía de Daniel Bianco -visualmente pesada, tediosa, utilizo unos paneles que cuando se corrían empeoraban aún más el espacio escénico con signos sin imaginación y feos — utilizar como símbolo de la proximidad de la muerte una galería gris de nichos hurtados de la estética del Cementerio de la Chacarita — no es de una gran genialidad, me parece .
La dirección musical de Marc Piollet resultó por momentos densa, monótona y alejada del ritmo mozartiano.
Insisto, este primer título, se salvó gracias a las voces de un puñado de artistas que nos permitió disfrutar al último Mozart en una noche lluviosa de sábado.