Segundo concierto de la temporada de la Orquesta Sinfónica Municipal
Teatro Municipal Colón
Sábado 7 de Mayo de 2016
Escribe: Eduardo Balestena
Orquesta Sinfónica Municipal de Mar del Plata
Dirigida por el maestro Diego Lurbe
En su segundo concierto de la presente temporada la Orquesta Sinfónica Municipal fue dirigida por su nuevo director titular, el maestro Diego Lurbe.
A raíz de un cambio en el contenido del programa llevado a cabo por razones de fuerza mayor no fue interpretado el Convierto para Saxofón de Alexander Glazunov. En su lugar lo fue la Obertura Fiesta Académica, de Johannes Brahms que integro el programa del anteros concierto del 30 de abril en el Teatro Auditorium.
Una fiesta Eslava (versión sinfónica), de Alexander Glazunov (1865-1936).Sin ser una de las obras más conocidas de este destacado exponente del nacionalismo musical ruso, discípulo de Rimsky Korsacov es muy rica en sus permanentes cambios en los patrones rítmicos, la inventiva melódica y el color orquestal.
En la segunda parte fueron abordadas las Variaciones opos 56 a, de Johannes Brahms (1833-1897).
Obra de permanentes matices y gradaciones en los cambios rítmicos, en la importancia de los aspectos dinámicos y en la belleza melódica fue escrita en 1873 y es de la primera gran obra orquestal difícil y compleja de Brahms (1833-1897), que trabajó muy intensamente en ella, y a partir de la cual se asumió como un clásico tardío –en esta formulación, pertenece a los dominios de la música pura y difiere de las de Elgar, que constituyen una suerte de programa.
Existe una versión previa para dos pianos (opus 56) de la cual el opus 56 a no es orquestación.
Parte del tema de un divertimento, a esa fecha, atribuido a Hydn. Está dividido en dos frases, cada una de cinco compases de extensión, en lugar de los cuatro habituales. Las dos se repiten. Cada variación mantiene esta estructura irregular, así como esquemas armónicos y melódicos iniciales. La enunciación del tema es en sí simple: aparece en el oboe –en solo de Mariano Cañón-, sobre las cuerdas en pizzicato y rápidamente se produce una cálida polifonía en las maderas, con una sección de repuesta del segundo oboe, al motivo inicial. Los cornos subrayan armónicamente el enunciado.
Las ocho variaciones que se suceden –de distinto carácter, diferente duración y que subrayan también diferentes elementos musicales- implican cambios de tempo sucesivos. No hay en ellas elementos superfluos, o puro efecto: esto supone que cada uno tiene una función precisa, y que la obra demanda, a cada momento, no sólo la adaptación a los cambios de tempo, sino a la necesidad expresiva. El final, andante, es una chacona, en la cual los bajos repiten el primer motivo de la variación, y preanuncia la técnica del cuarto movimiento de la 4ta. Sinfonía, y conduce a la reexposición del tema inicial.
El programa finalizó con la Bacanal de la ópera Sansón y Dalila, Camille Saint Saëns (1835-1921) de singular efecto que evoca, en el solo inicial del oboe que aborda el tema central brillante y evocativo –en lo que parece un esquema ternario- un clima sensual y exótico.
Un programa ecléctico, con obras diferentes, sin la inclusión de un concierto con instrumento solista ni una sinfonía, las pocas sesiones de ensayo se notaron particularmente en las variaciones de Brahms, con una cuerda que rindió lo mejor en los pasajes rápidos y que sonó incisiva y tirante en aquellos en que el fraseo debería ser más sutil; una sección de cornos que mostró problemas (como la entrada tardía en una de las variaciones) y algunas fallas de articulación. Secciones como la de las maderas nuevamente mostraron su musicalidad.
Con extensa experiencia como solista en fagot y director de orquesta (es destacable su actuación como titilar de la Orquesta Sinfónica de Olavarría) Diego Lurbe abordó de memoria la segunda parte del programa, evidenciando su conocimiento acabado de tan representativa partitura de Brahms.
Su estilo de conducción es sumamente claro, lo cual, en una obra tan rítmicamente cambiante como la de Glazunov fue muy importante: en esas marcaciones de tempo e intensidad dadas por la irregularidad de la obra y que son los elementos que, precisamente, la hacen más seductora, así como los cambios de intensidad y exposición de timbres muy claros y netos.
Sin duda le aguarda un trabajo de preparación cuyos frutos habrán de ser apreciables en la presente temporada.
Destacaron Mariano Cañón (oboe); Mario Romano (Clarinete); Gerardo Gautin (fagot); Alexis Nicolet (flauta solista); Julieta Blanco (piccolo solista); la línea de metales y la percusión.
Eduardo Balestena
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