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La Filarmónica en el Colón con  la reaparición  de Philippe Entremont

 

 

Teatro Colón de Buenos Aires

Jueves 19 de mayo de 2016

 

Escribe: Néstor Echevarría

 

 

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires

 

Concierto con obras de Ludwig van Beethoven  (Concierto para piano y orquesta Nº 1 en Do mayor, opus 15,) y de Anton Bruckner (Sinfonía Nº 4 en Mi bemol mayor, “Romántica”).

Director : Enrique Arturo Diemecke.

Solista: Philippe Entremont (piano)

 

Este cuarto concierto de abono de la OFBA empezó con una atracción extra::  el retorno del afamado pianista francés Philippe Entremont, cuya larga trayectoria , jalonada por muchos éxitos, ha tenido que ver con nuestro publico también, con  sus varias visitas.


Esta vez, ya próximo a cumplir ochenta y dos años, el pianista galo nacido en Reims en 1934, interpretó junto a la orquesta el primero de los con- ciertos beethovenianos  publicados . Escrito en la tonalidad de Do mayor, este concierto Nº 1 se siente aun influido por Mozart con su estilo galante, pero ya  se va perfilando  la paleta del genio de Bonn  -la estrenó en Viena a los veinticinco años-  con lo que sería su  peculiar halo romántico.


La Filarmónica bajo la conducción de Diemecke y el pianista lograron una empatia  natural en este concierto de reaparición. Su pianismo se mantiene elegante y preciso y logró con  ello una merecida ovación del público.  A modo de “propina” -como se dice en España- o “bis” como es habitual aquí,   añadió una de las danzas escocesas ( las “Ecossaises”) de  Fréderic Chopin. Un retorno en suma grato y emotivo que premia una larga y fructífera trayectoria en el teclado y también en la dirección orquestal.


La segunda parte del concierto, lo ocupó con su habitual longitud  la Sinfonía Nº 4 en Mi bemol mayor, bautizada “Romántica” , de Anton Bruckner (1824-1896). De origen austriaco, muy ligado en su carrera a la ciudad del Danubio, Viena, hombre acomplejado y también inseguro, compuso monumentales sinfonías  - nueve en total-  con un sesgo ampuloso, con buen manejo de la instrumentación ,variada y abundante, pero proclive a veces a la carencia de contenidos  musicales de mayor inspiración.  Cerca de los cuarenta años de edad inició estudios en Viena, ciudad en la que vivió hasta su muerte.


Esta cuanta sinfonía de Bruckner  fue estrenada en 1881 y es de algún modo la mas difundida . Posee cuatro movimientos con indicaciones de “tempo”  tales como  “movido” o “no muy rápido”,  por ejemplo, y  en los sesenta y siete minutos  que duró la versión divaga con  sus temas  acentuando siempre la instrumentación, para lo cual requiere una  orquesta  muy nutrida.


La versión producida por Diemecke y la Filarmónica fue en general correcta  vertiendo con enjundia y efectividad esas ideas temáticas  que el autor ponía en juego en su fervor tardoromántico.

 

                                                                              Néstor Echevarría

 

Calificacion: Bueno