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Buenos Aires Lírica en el Avenida

  “I Capuleti e i Montecchi”


Teatro Avenida
Domingo 5 de Junio de 2016
                                   
Escribe: Graciela Morgenstern

Fotos: Liliana Morsia

 

 

 “I Capuleti e i Montecchi”, òpera en dos actos.
Música: Vincenzo Bellini.
Libreto: Felice Romani 
Dirección musical: Jorge Parodi
Puesta escénica: Marcelo Perusso
Vestuario: Stella Maris Müller.
Iluminación: Rubén Conde.
Cantantes: Rocío Giordano, Cecilia Pastawski Santiago Ballerini, Walter Schwarz y Sebastián Angulegui.
Coro de Buenos Aires Lirica. Dirección: Juan Casasbellas
Orquesta de Buenos Aires Lírica.

 

Como segundo título de su temporada 2016, Buenos Aires Lírica presentó “I Capuleti e I Montecchi”. El libreto de Felice Romani comparte con ”Romeo y Julieta”, de Shakespeare elementos tales como un par de desencuentros amorosos, una poción que simula la muerte, y mucha sangre inútilmente derramada. Pero la versión de Bellini está inspirada en fuentes italianas, no inglesas y el compositor integró a la partitura varias arias que él había compuesto con anterioridad y que consideró, no habían sido apreciadas lo suficiente. Trabajando bajo una gran presión, el gran compositor de Catania, completó esta ópera en un tiempo record de seis semanas, para estrenarla en 1830, en el Teatro La Fenice, de Venecia.


Esta versión contó con más logros musicales que visuales. La producción escénica y decorados de Marcelo Perusso fueron convencionales en diseño, concentrándose en los personajes y la motivación. Sobre un escenario casi despojado y sobre fondo negro, se dispusieron tarimas y bastidores formando los diferentes ambientes que se quería crear. La marcación escénica resultó poco inspirada y poco verosímil por momentos. En tanto, la iluminación de Raúl Conde fue adecuada. Con el ánimo de que resulte tan atemporal como el amor y el odio, se recurrió, además de la escenografía neutra, a utilizar un vestuario contemporáneo diseñado por Stella Maris Müller, falto de todo atractivo visual.


Encabezando el elenco de solistas, se destacó Cecilia Pastawski como Romeo quien realizó una convincente actuación, exhibiendo sentimientos profundos en la faz actoral y registro parejo. Cumplió con las muchas exigencias de su rol sin signos de fatiga y resultó especialmente conmovedora en su aria final.


El otro papel protagónico, el de Giulietta, fue encomendado a Rocío Giordano, soprano de timbre agradable y cristalino, que corre bien en la sala. Aunque algo incómoda en la tesitura más alta y con agudos algo tirantes, captó la melancolía del personaje.


Otra de las fortalezas de esta versión fue la óptima actuación de Santiago Ballerini como Tebaldo, quien aportó una técnica sólida, una voz de bello color, plena de armónicos, con un afianzado registro medio y agudos. Se destacó en un personaje que de por sí es ingrato, con una muy buena interpretación de su difícil aria “È serbata a questo acciaro”, que cantó con un fraseo intenso.


Completando el cuadro de cantantes, Walter Schwarz cantó el rol de Capellio con voz bien timbrada, otorgándole dignidad al personaje. Lo mismo puede decirse de Sebastián Angulegui quien encarnó un Lorenzo adecuadamente sonoro.


Muy buena participación tuvo el Coro de Buenos Aires Lírica, preparado por Juan Casasbellas, cumpliendo una labor protagónica en esta obra.


Jorge Parodi dirigió la orquesta de Buenos Aires Lírica con precisión y energía, dando vitalidad a esta partitura, injustamente olvidada por muchos escenarios porteños. La función fue recibida con mucho entusiasmo.

 

 

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