Festival Nueva Ópera Buenos Aires
CUARENTA NOVIAS EN UNA PIEZA DE OSCAR STRASNOY
Usina del Arte
Martes 9 de Agost de 2016
Escribe: Carlos Ernesto Ure
“Preparativos de Boda”, cantata profana de Oscar Strasnoy.
Con Carla Di Grazia, baile, Chantal Santon, soprano y Daniel Gloger, contratenor.
Iluminación de David Seldes.
Escenografía de Alejandro Mateo
Vestuario de Magda Banach
“Régie” de Edgardo Mercado y Mariana Ciolfi.
Conjunto musical de cámara (Annunziata Tomaro).
Dejemos desde ya aclarado que no se trata de una ópera. “Preparativos de Boda”. "Hochzeitsvorbereiterungen mit B & K”) es en realidad una pieza de cámara un tanto extraña, que no llega a una hora de duración y despliega ideas morfológicas originales, además de una fluida capacidad para el “collage”. Inserta en el marco del Primer Festival Nueva Ópera Buenos Aires, organizado por el Centro de Experimentación del Teatro Colón, la obra de Oscar Strasnoy (1970) tuvo el martes su primera audición local en la Usina del Arte, en versión escenificada pulcra y bien pensada.
Sobre todo, Bach
Estrenada en Diciembre de 2000 en Edenkoben (en el Palatinado Renano), nuestro compatriota la sometió luego a dos revisiones, en 2002 y 2005. Inspirada en textos de Franz Kafka, seleccionados por el propio compositor, personalidad artística sin duda atrayente, su lenguaje sonoro se asienta básicamente en fragmentos de la Cantata BWV 202, de Johann Sebastian Bach (“Weichet nur betrübte Schatten”, denominada Cantata Nupcial), estructurados a través de enlaces multivariados en un arco coherente y funcional.
Tanto por su discurso de prosa como debido a su armazón musical, todo parece propio de Ionesco y el teatro del absurdo, pero en definitiva esta suerte de mixtura de un expresionismo psicodélico no carece de interés y con sus extravagancias, interactúa con singularidad.
Ejecución pulcra
Edgardo Mercado y Mariana Ciolfi fueron los responsables de esta edición para el tinglado, cometido en el que demostraron inteligente creatividad y múltiples recursos para otorgar animación y vivencias, así como también precisa marcación actoral, movimientos y mutaciones de esquemas visuales a una pieza que por cierto no los tiene. Por lo demás, las cuarenta novias que hicieron su aparición pausada y silenciosa desde el fondo de la sala en la última parte plasmaron desde ya un efecto certero.
Carla Di Grazia, más que como bailarina, cumplió un decorativo trabajo mímico; cantando en alemán, la soprano francesa Chantal Santon mostró a su vez voz de alma consistente y aterciopelada y el contratenor germano Daniel Gloger lució metal terso y bien conformado.
En el podio estuvo la maestra estadounidense Annunziata Tomaro, ya conocida en nuestro medio, quien al frente de un impecable grupo de trece instrumentistas ubicados en la parte trasera del escenario (en el que se distinguió la oboísta Michelle Wong), y a lo largo de una tarea cuidada, logró articular con fluidez los diferentes estilos, arreglos y cisuras de la partitura.
Calificación: bueno
Carlos Ernesto Ure