Concierto de la Orquesta Sinfónica Municipal
Teatro Municipal Colón de Mar del Plata
Domingo 5 de noviembre de 2016
Escribe: Eduardo Balestena
Orquesta Sinfónica Municipal de Mar del Plata
Dirigida por el maestro Diego Lurbe
Bajo la dirección de su titular, el maestro Diego Lurbe, la Orquesta Sinfónica Municipal se presentó en el Teatro Colón de Mar del Plata el sábado 5 de noviembre.
El programa se inició con la Obertura L´italiana en Argel, de Gioachino Rossini (1792-1868), obra de encanto sonoro y una dificultad técnica apreciable, por ejemplo, en los rápidos solos de las maderas.
La Suite nro. 1 de La Arlesiana, de Georges Bizet (1838-1875) fue la segunda obra de la primera parte. Concebida como música de escena para el drama de Daudet (1872), Bizet escribió dos suites. La nro.1 está formada por cuatro movimientos: Preludio; Minuet; Adagietto y Carrillon. De gran dulzura melódica, lugares como la sección central del preludio, la cuerda lleva la melodía inicial con un acompañamiento en contrapunto por las maderas. El Minuet utiliza nuevamente –en algunas partes- el patrón de acompañamiento cruzado. De gran belleza melódica, el Adagieto comienza con frases dulces y envolventes en la cuerda. El Carrillon final requiere el fuerte ataque de los metales en el motivo inicial que varía en intensidad cuando la cuerda presenta el primer tema, seguido por el bellísimo segundo tema en las flautas.
En la segunda parte fue interpretada la Sinfonía nro. 4 en do mayor, D. 417 “Trágica”, de Franz Schubert (1797-1828).
Es necesario considerar que las primeras sinfonías de Schubert fueron escritas a temprana edad. La cuarta, concluida el 27 de abril de 1816, es decir cuando el compositor contaba con unos 19 años, está concebida aun dentro del influjo de las de Beethoven (más que nada en el comienzo en un do sostenido en toda la orquesta, que recuerda a la obertura Coriolano); Haydn y Mozart, no obstante lo cual es posible advertir en ella la peculiar belleza melódica del autor y el modo en los que enlaza diferentes motivos, propios ya de su escritura de madurez.
No siempre las obras más accesibles, por haber sido ya abordadas o por pertenecer a una etapa temprana de la producción de un compositor, son más sencillas de interpretar. Con una adecuada marcación de tempo así como un fluido discurrir en las entradas, los problemas estuvieron en pasajes de uno de los instrumentos solistas –en la obertura de Rossini-, en el desfasaje en la crucial entrada de los cornos en el Carrillon de la suite nro. 1 y en una cuerda que sonó homogénea en pasajes rápidos, como allegro final de la sinfonía, y en otros de la suite de Bizet, como el adagieto, pero que resultó incisiva en otros, como en el primer movimiento de la sinfonía. Por su parte, los vientos sonaron más consolidados y homogéneos en la segunda parte del Carrillon de la suite y destacaron especialmente el clarinete solista y las flautas.
Eduardo Balestena