FUNDACION CHOPINIANA
Palacio Paz
Miércoles 4 de octubre de 2017
Escribe: Lic. Francisco Troccoli
KONRAD SKOLARSKI - pianista
Programa:
L v.BEETHOVEN
- Sonata Nº 14 Op.27 N 2
F. CHOPIN
- Barcarola Op. 60
- Scherzo Nº 2 Op. 31
F. LISZT
- Rapsodia Española Nº 254 según el catálogo de Humphrey Searle
S. RACHMANINOFF
- Sonata Nº 2 op 36
Skolarski es un pianista de excelentes recursos dinámicos. Su técnica le permite realizar todo lo que él se propone y así lo demostró a través del programa que realizó el pasado miércoles en el Palacio Paz, 5º concierto del ciclo de la Chopiniana.
Comenzó su programa con la Sonata llamada “Claro de luna” (título no puesto por el compositor) que el pianista realizó con todos sus recursos dinámicos, sin embargo no tomó en cuenta el ámbito donde debió tocarla. En su primer movimiento -Adagio sostenuto- Beethoven puso en la partitura “si deve suonare questo pezzo delicatissimamente e senza sordino” (debe tocarse delicadísimamente y sin apagadores). Hoy lo primero de la indicación de Beethoven es realizable, no así lo de “senzasordine” pues en los pianos modernos –que son muy sonoros- dejar el pedal que abre los apagadores todo el tiempo sería insoportable.
Konrad Skolarski no tomó en cuenta el recinto en el que estaba dando su recital y le faltó atenerse a la indicación de “delicatíssimamente”. Seguro que este tiempo de sonata tocada en una sala como el Teatro Colón el sonido hubiera resultado más adecuado.
Magnífico su segundo movimiento, pues el pianista entendió perfectamente que las segundas frases son respuestas de las primeras, por tanto las ejecutó con el matiz adecuado (más piano).
En el tercer movimiento ocurrió algo parecido al primero. No tomó en cuenta las dimensiones de la sala del Círculo Militar y los arpegios -a la velocidad que van- resultaron con exceso de pedal. También en la Barcarola de Chopin –que fue vertida con hermoso fraseo- ocurrió algo parecido en cuanto al exceso de sonoridad. Completó la primera parte con el 2º Scherzo de Chopin realizado con maestría y haciendo gala de su gran sensibilidad de artista.
La segunda parte del programa fue confeccionado a su medida.Tanto la Rapsodia Española de Liszt como la 2ª Sonata de Rachmaninoff fueron ejecutadas por Konrad Skolarski con toda su magnífica dinámica, donde no quedaron dudas que estábamos frente a un pianista completo, tanto por su calidez del sonido como por su interpretación.
Ante la insistencia del público el artista devolvió la atención con bises.