Brillante puesta de Zeffirelli en el Met
“La Bohème”
New York Met
Viernes 27 de octubre de 2017
Escribe: Carlos Ernesto Ure
Nueva York (especial)- Sabido es el enfoque tradicionalista que orienta en general las producciones de la Metropolitan Opera House, criterio absolutamente compartido por su público. En esta dirección, la temporada prosiguió con dos espectáculos puccinianos diseñados por Franco Zeffirelli, suntuosos, de exquisita belleza plástica, que motivaron incluso espontáneas ovaciones de la concurrencia apenas se descorrió el telón (el cuadro del barrio latino y la escena de los enigmas).
La vida bohemia
El joven maestro británico Alexander Soddy, debutante en este recinto, condujo “La Bohème” con pulcritud y brío y fraseo un tanto superficial, y en el cuadro de cantantes, la soprano de color Angel Blue (Mimì) mostró un registro armado con categoría y convincente fibra expresiva (“Donde lieta uscì”). Su colega rumana Brigitta Kele (Musetta) exhibió metal cristalino, consistente, y en el sector masculino, el barítono estadounidense Lucas Meachem (Marcello) fue sin duda la figura más destacada debido a la tersura, virilidad y “slancio” de su órgano vocal. En cuanto a Russell Thomas (Rodolfo), tenor de Florida a quien se ha intentado promocionar tanto en los últimos tiempos, lo mejor es dejar que esta noche pase rápidamente al olvido debido a su canto siempre engolado y fuera de línea.
En lo que hace al “regisseur” florentino, cabe apuntar que su puesta, realista, colorida, talentosa, contribuyó eficazmente a trasladar a los espectadores todas las vivencias de esta ópera que Puccini, más que ninguna otra, escribió con el corazón. Al concluir la función, y al margen de méritos o deméritos, toda la sala (toda) se puso de pie aplaudiendo fervorosamente. Era el milagro de la ópera italiana. Y la fuerza emocional del músico de Lucca.
Carlos Ernesto Ure