En el Colón, en el ciclo del Mozarteum
UN GLORIOSO “TRANSVASAMIENTO GENERACIONAL”
Teatro Colón
Lunes 28 de Mayo de 2018
Escribe: Donato Decina
“Mozarteum Argentino”, Temporada 2018
Presentación de la “Gaechinger Cantorey y la Internationale Bachakademie Stuttgart”
Bach:
- Cantata “Ich habe viel Bekümmernis”, BWV 21
- Magnificat, en re mayor, BWV 243.
Director: Hans-Christoph Rademann
Solistas: Miriam Feuersinger (Soprano), Sophie Harmsen (SopranoII-Contralto), Patrick Grahl (Tenor), Tobías Berndt (Bajo).
NUESTRA OPINION: EXCELENTE.
Cada visita que estas dos agrupaciones realizan a Ntro. País es siempre una gratísima sorpresa. En mi caso desde 1985, cuando la entidad desgraciadamente desaparecida “Festivales Musicales de Buenos Aires” las trajo bajo el comando de su fundador, el Venerado y Venerable Hellmuth Rilling. Y en aquella, como en la presente ocasión, la obra de fondo de Johann Sebastian Bach fue la misma: El “Magnificat” en Re mayor, BWV.243. La calidad del conjunto vocal es irreprochable, tanto como cuando Rilling era el titular. La homogeneidad, frescura y limpieza en la emisión son magníficas. La afinación es perfecta. Inclusive la diversidad vocal como lo es una voz masculina con registro contratenoril cantando junto con las Contraltos las partes vocales de estas ultimas con un acople perfecto. Hans-Christoph Rademann es ahora el sostén y hacedor de todo esto. Y digo hacedor, ya que es el responsable del funcionamiento de este maravilloso acople y también de la transformación mayor respecto a la anterior etapa y es variar del conjunto de instrumentos modernos que manejaba Rilling, pero con tempi de la Epoca del gran “Kantor” de Leipzig, a un conjunto íntegramente conformado por instrumentos a la Usanza de Epoca, y claro, si con Rilling uno quedaba boquiabierto, ahora nos entregamos al goce mas absoluto y finalmente llegamos al fondo de la obra como Bach lo quiso y percibimos todos los detalles , palabras, el énfasis a cada momento. Todos tienen conciencia de cada palabra que cantan y lo expresan de manera absoluta. Y en lo Orquestal, los mejores instrumentistas al servicio de la música, y ahora la sorpresa es descubrir a Shunske Sato el Violín Concertino con un sonido suave y aterciopelado, a la violonchelista Piroska Baranyay con un profundo sonido, el dulce pasaje que logran las dos flautistas, Dóra Ombodi y Regina Gleim y por sobre ellos a la magnífica oboísta solista Katharina Arfken, dueña de técnica y sonoridad impecables. El empaste total es increíble y la versión inolvidable.
Al inicio del programa tuvimos el placer de escuchar la cantata “Ichhatteviel Bekümmenis” (Tuve mucha aflicción en mi corazón), basada en el evangelio para el tercer Domingo posterior a la festividad de la Santísima Trinidad del catálogo BWV. 21. Sabido es que Bach como “Kantor” de la Iglesia de Santo Tomas de Leipzig tenía entre sus obligaciones la composición de una cantata para el evangelio de cada Domingo. En esta, basado en un texto del nuevo testamento tomado de la primera Carta de San Pedro Apóstol (Primer Pontífice de la Cristiandad), mas un texto del Evangelista San Lucas. Como bien lo expresa Claudia Guzmán en sus excelentes notas al programa de mano (además de ser la magnífica encargada de prensa de la institución), una circunstancia por demás dramática como lo era la partida del Príncipe Johann Ernst de Sachsen-Weimar, músico notable, heredero de dicha corte y querido discípulo de Ntro. Genial compositor, rumbo a un centro termal de esa época en busca de alivio en su maltrecha salud. Y se percibe claramente en el pentagrama, donde el dolor se expresa de la manera mas incisiva y solo en la parte final el relato del encuentro de Jesus con una Mujer, que afligida halla consuelo y fe en las palabras que el Mesías le dirige, llega el alivio final. La Tensión fue en aumento tal vez en forma directamente proporcional a la carga dramática que la progresión del texto expresa y la interpretación llegó a esos puntos tanto como liberadora fue la interpretación del Coro en el final de la página. La estructura vocal trae el concurso de cuatro voces solistas (Como en el Magníficat), pero con el aditamento de que el bajo (como lo hará en la Pasión según San Mateo) entonará los fragmentos referidos a Jesús en la parte del relato en donde consuela a Alma, la Mujer, representada por la voz de la Soprano. Y aquí entramos al momento de los solistas vocales para los que reservé esta parte de mi crónica. Comencemos por señalar que son todos integrantes de la “Cantorey”, magníficas voces con perfecta emisión, afinación y expresividad. El Bajo TobiasBerndt posee un amplio rango vocal y llega con comodidad a las notas mas profundas, magnífico en el fragmento que interpreta las palabras de Jesús. La Soprano Miriam Feuersinger tiene una bellísima voz, muy aterciopelada y como Alma fue estupenda interprete. El tenor Patrick Grahl posee un bellísimo timbre, sabe decir, expresa como pocos y Sophie Hamsen es una interprete de un extenso rango vocal que le permite ser de manera indistinta desde segunda soprano hasta notas de Contralto, haciendo lo suyo con suma solidez.
La fiesta continuó mas allá del “Magnificat” con el célebre coral de la Cantata BWV 147, “Jesús Alegría del Hombre, Las Obras y la Vida”, para luego redondear la noche perfecta con una fuga perteneciente a la Misa en Si menor. Y todos agradecidos.
Como este año el Mozarteum debió organizar dos de sus conciertos de abonos en días Lunes, el correspondiente al segundo ciclo será el Lunes 4 de junio a las 20hs., siempre en el Colón. Si Ud. Se entusiasmó con esta crónica no dude, vaya. Y después lo cuenta en Ntra. Página en Facebook.
Donato Decina