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MUCHO MAS QUE AIRES DE RENOVACION

 

Usina del Arte

Sábado 22 de Junio de 2018

 

Escribe: Donato Decina

 

 

Usina del Arte:

Ciclo de Conciertos: Presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional (En el año del 70º aniversario de su fundación)

Director: Francisco Rettig.

Programa: Obras de Von Weber, Stravinsky y Lutoslawski. 

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE.

 

Originalmente se había anunciado que el Concierto abriría con “Requiem para Camila” de Juan Carlos Zorzi, quien fuera titular de la Orquesta en tres períodos: 1968 (Obligado por el nefasto “Onganiato” [o Benévola “Dictablanda” según el cristal de quien lo mire] a hacerse cargo ya que por esos tiempos era becario del Fondo Nacional de las Artes [estudios en Siena con Goffredo Petrassi y Franco Ferrara, formadores de innumerables “camadas” de músicos Argentinos] y, según la Optica “Morsiana” debía retribuirle al Estado con esa “Titularidad”. El recuerdo se cierra con el hecho que a la Ida se le dio pasaje en un Carguero de la hoy extinta “E.L.M.A.” y a la vuelta se lo hizo retornar de emergencia a bordo de un flamante Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas), 1979-1983 (Acaso uno de los tres mejores en la historia de la agrupación junto a los de Juan José Castro entre 1956 y 1960 y el mas extenso y reciente entre 2004 y 2015 de Pedro Ignacio Calderón, hoy justicieramente Director Emérito del Conjunto) y uno breve en 1992, que luego paso a ser el rol de Director Invitado Principal. Por lo que pude recabar, el material de Orquesta y, lo fundamental, la Partitura del Director, llegaron cinco días antes del Concierto a manos de la gente de la Sinfónica y a Rettig, por lo que dada la complejidad del trabajo de Zorzi, no había garantías de poderse interpretar de una  manera mínimamente digna, por lo que se recurrió a la Obertura de “Der Freischutz” de Carl María Von Weber (muy eficaz para estos casos) en el inicio del mismo. Esperemos la reprogramación de este título emblemático de Juan Carlos Zorzi, por parte de la agrupación que lo contó como titular y entiendo y acepto el criterio profundamente profesional del Maestro Rettig, el que además reaparecía luego del sonoro portazo que pego el pasado año al negarse a dirigir a la Orquesta no solo por la deuda que esta mantenía por anteriores presentaciones suyas, sino porque además el Hotel en que se alojaba, por las mismas razones, le suspendió la Cuenta Corriente a la Sinfónica y le solicitó a Rettig el anticipo del dinero del Bolsillo de Este. Evidentemente algún acuerdo y cancelación parcial o total de lo adeudado hubo y entonces pudo ocurrir la renovación del extraordinario vínculo Director-Orquesta que desde hace mas de veinte años une al Conductor Chileno con la Sinfónica Nacional a la que encontró renovada con nuevos instrumentistas titularizados en los atriles. Con una conjunción experiencia-juventud que está funcionando muy bien y en donde hay ganas, enjundia  y total entrega. Weber fue objeto de una muy prolija versión, con notorio destaque de la sección vientos, la que a lo largo de la noche se desempeñó de modo extraordinario.

 

  Una espectacular versión de “El Canto del Ruiseñor” de Igor Stravinsky completó la primera parte. Obra derivada de su Opera “El Ruiseñor”(basada en el cuento de Hans Christian Andersen), compuesta luego de la creación de sus tres máximas criaturas para el ballet (“Petrouchka”, “El Pajaro de Fuego” y “La Consagración de la Primavera”) y en donde la Opera original misma tuvo retrasos con motivo del proceso creativo de esos tres monumentos, es innegable que esas influencias musicales han sido notorias y sin bien no se puede afirmar que haya mucho de “autoplagio”, la estructura musical contiene mucho de lo apreciado en sus otros trabajos que he mencionado. La versión tuvo, ajuste, colorido, plena sonoridad, lo dicho referente a la excelencia de los vientos y un gran trabajo con la acústica del Auditorio de la Usina, por momentos mejor que la de la Sala Sinfónica del CCK.

 

  Luego del intervalo, se escuchó en la parte final el “Concierto para Orquesta” de Witold Lutoslawski, obra que volverá a ser escuchada en seis días mas, en esta ocasión por la Filarmónica en el Colón. Nuevamente aquí, Rettig hizo gala de su gusto por las obras de los grandes creadores del Siglo Veinte. Una versión inspirada, excelentemente ajustada, con pasajes de brillo Orquestal, de notable lucimiento de los sectores como en el tercer tiempo, en el que la sutileza fue el fuerte, haciéndola merecedora de la ovación que el Público le tributó a los interpretes.

 

  Ha sido un gran acierto de la gente de la Usina, esta invitación. Al igual que iniciar la velada a las 21 hs. La ubicación del lugar y su proximidad con la Autopista Buenos Aires-La Plata con sus clásicos embotellamientos de Viernes a la noche, hacen que se llegue mas fácilmente en ese  horario y la proximidad a la Av. Almirante Brown y sus medios de locomoción que por ella circulan, garantizan una rápida salida después de las 22,30 hs. Ojalá se mantenga no solo con la Sinfónica o los Organismos del Colón. Puede ser una gran vidriera para Conjuntos de la Ciudad y el Gran Buenos Aires, que merecen también esta gran vidirera.

 

Donato Decina