BUENAS Y SALUDABLES INTENCIONES
Sala Sinfónica
Domingo 26 de Agosto de 2018
Escribe: Donato Decina
Orquesta Estable del Teatro Argentino de La Plata
Director: Pablo Druker.
Solistas: Nicolás Favero (Violín)
Siro Bellisomi (Violonchelo).
Programa: Obras de Brahms y Mahler.
NUESTRA OPINION: BUENO.
A la espera de la finalización de los trabajos de mantenimiento en su sede (de los que aun no se sabe a ciencia cierta una fecha estimada de culminación), La Estable Platense está efectuando un Ciclo de Conciertos en diferentes sedes. Esta vez visitó la Sala Sinfónica del CCK bajo la batuta de su Titular, Pablo Druker, trayendo consigo un programa harto comprometido con un resultado final aceptable.
No es , y se sabe, la etapa mas brillante por la que esta agrupación está atravesando, y en parte se nota sobre el escenario mismo. Sabemos que los mencionados trabajos de mantenimiento hacen que no se ensaye en lugares adecuados, por lo que la verdad solo comienza a percibirse durante el ensayo general en la sala en donde se llevará a cabo el Concierto, lo que en este caso fue a 50 Kilómetros de su sede y un par de horas antes del inicio, por lo que indudablemente se hizo foco en los detalles mayores, faltando los detalles finos. Solo con capacidad y mucho amor propio por parte de Director y Dirigidos pudo llevarse adelante un programa integrado por el Doble Concierto para Violin, Violonchelo y Orquesta en La menor, Op. 102 de Brahms y la Sinfonía Nº 1 en Re mayor “El Titán” de Gustav Mahler.
En la primera de las obras actuaron como solistas sus dos principales atriles: Nicolás Favero, Concertino de la Orquesta y Concertísta de renombrada trayectoria y Siro Bellisomi, Solista de Violonchelo del Conjunto y también Concertista poseedor de una frondosos antecedentes. Recayó en ellos la responsabilidad de llevar adelante el discurso de la obra haciéndolo con solvencia. Tal vez faltó en Favero un sonido un poco mas caudaloso respecto del logrado por su compañero Bellisomi, pero de cualquier manera fue una interpretación muy sentida, en estilo y con entendimiento entre ambos y el conjunto, el que respondió acabadamente a las indicaciones de Druker, aportando momentos de brillo y maravillosa sonoridad.
“El Titan” fue objeto de una digna versión. Mas allá que aquí si se notó que la falta de un lugar adecuado de ensayos hizo imposible pulir y corregir muchos detalles (muchos finos y algunos gruesos), el estilo de juventud de Mahler estuvo presente en todo momento y el muy difícil “Tormentoso” de cierre estuvo muy ajustado y logrado. Podría decirse que Druker realizo una versión “de riendas cortas”, evitando todo tipo de desbordes. Tal vez cuando las cosas retomen su cauce natural deba pensarse en Maestros Preparadores por sectores que le permitan a la Orquesta reencontrarse con el muy buen sónico que le hemos reconocido en los últimos tiempos.
Donato Decina