Tantos claroscuros como la obra en si
Teatro Colón
Domingo 9 de Septiembre de 2018.
Escribe: Donato Decina
Opera: “Pelleas et Melisande”,
Opera en Cinco actos con Libreto y Música de Claude Debussy, basada en la pieza homónima de Maurice Maeterlinck.
Reparto: Verónica Cangemi (Melisande), Giuseppe Filianoti (Pelleas), David Maze (Golaud), Lucas Devebec-Mayer (Arkel), Adriana Mastrangelo (Genvieve), MarianellaNerviFadol (Yniold), Alejo Laclau (Medico), Cristian de Marco (Pastor).
Coro Estable del Teatro Colón, Director: Miguel Martínez.
Escenografía: NicolasBoni, Vestuario: Jesús Ruíz,
Iluminación. José Luís Fiorruccio. Directora de Escena: Susana Gomez (Basada en una Idea, Conceptualización y Dirección del Proyecto de Gustavo Tambascio).
Orquesta Estable del Teatro Colón: Director: Enrique Arturo Diemecke.
NUESTRA OPINION: BUENO
El centenario del fallecimiento de Claude Debussy obró como disparador para la nueva presentación escénica de “Pelleas Et Melisande”. Si tenemos en cuenta que en el 2012 ocurrió su anterior presentación, no deja de llamar la atención (mas allá de la fecha) su rápida vuelta a escena y con nueva puesta. Aun así, una obra tan significativa, no solo para el género, sino que para la historia de la musica toda, es siempre saludada con el mayor respeto y genera justificada expectativa dadas las reconocidas dificultades que la obra contiene y que generan un desafío en si mismas superarlas al subIr al escenario. El producto final que se pudo ver sobre las tablas del Colón tuvo tantos claroscuros como los que la obra contiene, a mi entender producto de una correcta lectura de la obra por una parte pero con una serie de ideas que van en dirección opuesta por la otra.
Sin mas preámbulos entremos en la obra y su puesta en sí. Se sabe que es una ópera “cerrada” , de núcleo duro, de contenido fuerte y de una línea melódica que exige de una exquisita filigrana para su concertación. Paisaje desolado, grís. Una protagonista sobre la que gira toda la trama y la que moverá todas las fuerzas. Que prefiere borrar su pasado, salvarse a través de la propuesta de Golaud, pero que sucumbe finalmente ante la irresistible atracción que Pelleas (Su cuñado) le provoca. Una Madre (Genvieve) que tan solo pide el consentimiento del suegro (Arkel, Rey de Allemonde) para que Golaud (Su hijo) resida junto a Melisande y Ellos en el Palacio. Golaud, un enamorado que paulatinamente se verá no correspondido y preso de sus pensamientos, celos y rabia hará estallar el drama. Un hijo suyo de un primer matrimonio, Yniold, que será torturado Psicológicamente en el afán de llagar a fondo con la verdad. Un Abuelo, Rey, en el ocaso de sus días, que busca una salida a tanta cerrazón. De ese grupo se sostiene la obra y su discurso. Un primer cuadro de primer acto acto convincente, con la fuente, el bosque, el mar de fondo. Melisande sín rumbo, Golaud perdido, encuentro y enamoraminto de Golaud. Melisande acepta seguirlo, pero mas por salir que por estar realmente enamorada de el. Hay una esfinge caída (¿Guiño a la reciente “Tristán e Isolda”?) Buen vestuario, buenas actuaciones y desplazamientos. Muy buena recreación escénica y correcta iluminación.
Ya en el segundo cuadro las cosas cambian. El rey Arkel escucha de su nuera Genvieve la carta de Golaud en donde solicita la aprobación de su unión con Melisande y su entrada al castillo. Su hijo (Esposo de Genvieve y padre de Pelleas) agoniza. ¿Es necesario que tras decidir su aprobación, Arkel acaricie la zona de los senos de Genvieve, mientras su hijo esta arriba agonizando y, mas aun, cuando reprocha a su nieto que no vaya a ver a un amigo suyo en la misma situación?. Segundo acto primera escena, convincente escenicamente, el momento de la fuente y la perdida del anillo, en cambio segunda escena, Golaud ha caído de un caballo, Melisande lo atiende y Golaud descubre que ha perdido el anillo que le obsequió. Fondo de hospicio con cuadra de internados ¿Por qué’?. Tercer acto primer cuadro, escena capital. Melisande peinando sus cabellos en el balcón. Pelleas la descubre. Balcones separados, un espacio que queda abierto en el medio, la mano desprendida de la esfinge como una roca cubre a dos amantes en la playa cuyos movimientos se corresponden con lo que expresan en su duo los protagonistas, mientras estos cada uno en su alcoba gesticulan y se rozan con sus manos la zona genital. ¿La pareja de fondo es una ensoñación de los amantes y el decirse las cosas a la distancia provoca esos roces? Lo fuerte y mas real ocurre desde la escena siguiente del tercer acto hasta el final, la tragedia va en aumento y las marcaciones y actuaciones convencen mucho mas, dando en el carácter fuertemente sombrío de la obra, aunque por ejemplo en la escena del encuentro familiar, Arkel culmine besando en los labios a Melisande tras acariciarla generosamente. ¿Por qué caracterizar al anciano rey como un libidinoso? ¿Maeterlinck lo habrá pensado de esa forma o tal vez Debussy en el libreto?. Como se ve escénicamente hubo muchas contradicciones. Aun así la función se sostuvo en base a los aciertos escénicos y a un correcto conjunto de cantantes. David Maze fue a mi entender el valor mas parejo de la función. Hizo una correcta recración del atormentado Golaud y a patir del monólogo que se inicia tras el “Una grand Innocence” de Arkel su figura sobresalió sobre el resto. Al analizar su trayectoria comprobamos que ha realizado muchos trabajos junto a Diemecke, quien lo conoce a la perfección y sabe lo que es capaz de dar. Un rotundo acierto su convocatoria. Veronica Cangemi está debutando el rol. Lo hizo muy dignamente y se que es capaz de enriquecerlo y mejorarlo tanto en lo vocal como en lo actoral, tiene talento y recursos para hacerlo. Giuseppe Filianoti como Pelleas tuvo una digna actuación, aunque su dicción y su escuela de canto italiana nos pongan en riesgo de algún “derrape”. Lucas Devebec-Mayer compuso a Arkel de menor a mayor hasta convencer de manera rotunda en el monólogo de cierre, culminando su labor de manera muy meritoria. Esplendida Adriana Mastrángelo como Genvieve, aun cuando sus intervenciones son breves. Magnífica la niña Marianela Nervi Fadol como Yniold, buen caracterizada y con sobresaliente lucimiento vocal. Grata sorpresa fue la reaparición de Alejo Laclau como el médico luego de tantos años de ausencia de Ntro. Primer escenario. Espero que sea el reinicio de una colaboración cada vez mas frecuente. Cristian de Marco por su parte desde fuera de la escena aportó su cuota de calidad. El coro en sus breves intervenciones lució correctamente. En cuanto a la concertación, Enrique Arturo Diemecke realizó una correcta lectura y obtuvo momentos de lucimiento de la Estable, hubo líneas de delicada filigrana tal cual la escritura de Debussy lo pide, aunque también en algunas escenas como en la muerte de la protagonista, hubo momentos de percusión algo cargada. Tras “Tristán e Isolda”, este casi “correlato” logró salir a flote.
Donato Decina