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La Filarmónica de Dresde en el ciclo del Mozarteum

 

FORMIDABLES

 

Teatro Colón

Sábado 8 de Septiembre de 2018

 

Escribe: Donato Decina

 

Strasnoy: The End, de “Sum”

Mozart: Concierto N° 20, para piano y orquesta, en re menor, K 466

Bruckner: Sinfonía N° 3, en re menor, A 94, “Wagner-Symphonie”.

 

Herbert Schuch, piano

Orquesta Filarmónica de Dresde (Michael Sanderling).

 

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE

 

Una superación a la anterior actuación que brindaran para la misma entidad organizadora (Mozarteum Argentino) es el saldo inmensamente positivo que deja la visita de la Filarmónica de Dresde junto a su Director, Michael Sanderling. La agrupación Germana desarrolló un programa muy comprometido, el que incluyó una Obra de Oscar Strasnoy en estreno para toda América y luego dos pilares de la composición: Mozart y Bruckner.

 

  De Ntro. compatriota se pudo apreciar  “The End”, una obra del año 2006 que integra su ciclo SUM con el Nº 4 y que justamente conforma un grupo de cuatro composiciones, una por cada movimiento, de una Sinfonía tradicional. Y jutamente tratandose de un final, la obra parte desde los compases que cierran la octava sinfonía de Beethoven, los va reprocesando y desde allí la obra adquiere identidad propia. Trabajo muy interesante en cuanto a sonoridades, efectos tímbricos y desarrollo de ideas, escrito con mucha inteligencia. Ya ante su Opera “Requiem”, uno vislumbró la capacidad y categoría de compositor que hay en Strasnoy, por lo que no debe sorprendernos este trabajo (anterior al de la obra lírica), que nos permitió observar la evolución creativa de Ntro. Compatriota.

 

  Luego tuvimos el placer de descubrir a Herbert Such, un formidable pianista de solida técnica y endiablada digitación para construir junto a Sanderling y la Orquesta una memorable versión del Concierto Nº 20 en Re menor, Kv. 466. Junto a esto descubrimos el placer que significa que la agrupación visitante emplea en algunas de sus secciones instrumentos a la usanza de época (Trompetas, cornos y timbales entre otros), por lo que además de ser una orquesta clásica fuertemente amalgamada, le brinda a sus oyentes la posibilidad de oir la música casi como en la época de su estreno. Una versión tan rotunda mereció la ovación del público lo que obligó a Such a un bis también formidable, una transcripción para piano de “La Campanella” de Paganini que causó furor .

 

  Y luego, ya en la segunda parte, Director y Conjunto se florearon en una electrizante versión de la tercera sinfonía de Anton Bruckner, expuesta de modo magistral. Cuerda amalgamada, vientos formidables, metales brillantes y seguros y una percusión sumamente ajustada para rematar una faena inolvidable.

 

  El “Bis” final, fue de “paladar negro“, con una delicadísima interpretación del “Intermezzo” de “Cavallería Rusticana” que volvió a enfervorizar al Soberano, Corolario de una noche inolvidable.

 

 

Donato Decina