DESDE BELGICA CON EL MAXIMO NIVEL
Teatro Colón
Lunes 24 de Setiembre de 2018.
Escribe: Donato Decina
“Mozarteum Argentino” temporada 2018.
Actuación del Ensamble Oxalys.
Programa: Obras de Rota y Schubert.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE
Un conjunto de cámara de interesante conformación y con una propuesta fuera de lo habitual. Ese es el saldo que dejó la visita del Ensamble Oxalys al Teatro Colón dentro del Ciclo del Mozarteum. Agrupación nacida en 1993 en el Conservatorio de Bruselas por iniciativa de un grupo de estudiantes de esa casa, el Oxalys cuenta hoy con un historial mas que interesante con actuaciones en ciudades Europeas. Hoy sus integrantes han tomado vuelo propio, pero se reencuentran en las salas del Conservatorio para armar cada una de las presentaciones.
Un noneto y un octeto. Rara conformación para grupos de cámara, pero interesante desde la concepción misma. Nino Rota y Franz Schubert. Del compositor no solo de la banda de “El Padrino” y tantos otros filmes se escuchó un noneto compuesto en la década de 1950 revisado posteriormente en 1977. Música absolutamente tonal, inspiración neo-clasica pero sin renunciar a su línea melódica, que conocemos bien justamente a través de las bandas sonoras. El Conjunto realizó una versión muy ajustada, posee sonido homogéneo, derrocha energía desde la guía de ShirlyLaub su concertino que contagia al resto de los integrantes. Una obra muy interesante en una versión irreprochable.
El Octeto en Fa mayor D.803 Póstumo de Franz Peter Schubert fue la obra de fondo. Compuesto a la usanza de Beethoven y su Septeto de juventud, la mano del Conde Troyer (mecenas del compositor y clarinetista aficionado) en el encargo de la obra, lo motivó a componerla con la mente puesta en la página del gran genio. A través de sus cinco movimientos, las ideas musicales fluyen plenas. La apertura con un Adagio que luego mutará en Allegro, nos mostró al Oxalys en plenitud de medios. El segundo tiempo, un Adagio, muestra un tema con variaciones en las que tanto en lo individual como en lo colectivo permitieron el destaque de cada instrumentista. El Scherzo central fluyó rico en ideas mientras que el cuarto, un Minuetto, nos mostró la solidez del conjunto. El cierre, de la mano de un Andante que mutará hasta llegar a un Allegro Brillante, fue el estupendo remate de una faena contundente. Unas pequeñísimas imperfecciones apreciadas no desmerecen de ningún modo una labor construida paso a paso a lo largo de la noche.
A nadie hubiera sorprendido si se prescindía de algún “bis”. Sin embargo el conjunto quiso homenajear a Buenos Aires y el Tango con un Tango belga cuyo autor no fue mencionado, aunque si se dijo que uno de los integrantes del conjunto era su arreglador. Una página de corte tipo “Apache Francés” en el estilo que consagró Horacio Malvicino con el seudónimo de Alain Debray, simpática sí, pero que desentonó luego de un programa tan formidable.
Donato Decina