En la Fundación Beethoven, en el ciclo de la Chopiniana
KONRAD SKOLARSKI, UN RECITAL DE ALTA CALIDAD
Auditorio de la Fundación Beethoven
Miercoles3 de Octubre de 2018
Escribe: Carlos Ernesto Ure
Beethoven: Sonata N° 8, en do menor, opus 13, "Patética"
Schumann: Escenas Infantiles, opus 15
Chopin: Scherzo N° 1, en mi menor, opus 20; Nocturnos opus 48 N° 1, en do menor, y opus 55 N° 1, en fa menor, y Balada N° 4, en fa menor, opus 52.
Konrad Skolarski, piano.
Auditorio de la Fundación Beethoven (Av. Santa Fe 1452)
Único ciclo consagrado en nuestro medio por entero al piano, el Festival de la Chopiniana, ya en su sexta jornada, posibilitó la reaparición en Buenos Aires de Konrad Skolarski, artista de importante categoría. En el esbelto Auditorio de la Fundación Beethoven, que conduce Pía Sebastiani (h), el músico polaco brindó este miércoles un recital de decidido encanto, no sólo debido a las agraciadas páginas incluidas en el programa, sino también por su elevado rango interpretativo y técnico.
La “Patética” y Schumann
Destinada a ejecutantes virtuosos, la “Patética” es desde ya una de las obras maestras de Beethoven, reconcentrada, compleja, bella por donde se la mire. En su abordaje, nuestro visitante (38), quien tocó toda la noche de memoria, expuso ya desde el comienzo características relevantes, que marcarían la tónica de la velada: mecanismo impecable, toque límpido, y además de ello, acabadas elaboraciones dinámicas, puestas al servicio de un concepto expresivo. Dolor, melancolía, rayos de luz, un vigor penetrante (a veces un tanto excesivo) y un fraseo de primerísima categoría fueron elementos que fluyeron en un arco integrado, siempre armonioso.
De lenguaje tan puro y delicado, las trece “Escena Infantiles” (“Kinderszenen”) reflejan la contemplación amable de Schumann hacia su niñez, etapa simple, feliz, inocente. Hermosa colección de recuerdos, fue traducida en líneas generales por Skolarski con preciosismo, agilidad y atinados enlaces, y un perfil evocativo proporcionado a estas esmaltadas miniaturas.
Sólo Chopin
En coincidencia con la conmemoración del centenario de la independencia de Polonia (así lo destacó el Encargado de Negocios, Marceli Minc), el tecladista dedicó toda la segunda porción de la velada a Chopin.
El Scherzo N° 1 (1835), agitado y disonante, poético y tempestuoso al mismo tiempo, un tanto enigmático en ideas y morfología, fue vertido con fina transparencia y sensible pulsación, y exhibió pasajes de enorme velocidad y dificultades, resueltos con entera precisión.
Flexibles gradaciones y agraciada plasticidad colorística definieron luego al Primer Nocturno del opus 55 (1844), al tiempo que la exposición del opus 48 N° 1 (1841, año de su convivencia con George Sand en Nohant), creación de gran fuste, dramática, llameante, puso en evidencia pasión y una cantilena de elevado vuelo.
Presidida por “esa inagotable fuente de energía” que es Martha Noguera, pianista de reconocida trayectoria, la velada de la Fundación Chopiniana concluyó con la Balada N° 4 (1843), para algunos musicólogos “la pieza más fundamental y romántica de todo el repertorio pianístico del Siglo XIX”. Impromptus emocionales, pasajes lentos, se revelaron en plenitud en la interpretación de Skolarski, de “rallentandi” y “forte” siempre controlados, refinada en claroscuros y la evanescencia de los sonidos tenues.
Calificación: muy bueno
Próximas funciones de Chopiniana (todos a las 19:30)
24 de Octubre - Leslie Howard
31 de Octubre - Vitaly Pisarenko
7 de Noviembre - Martha Noguera