Divertida versión por el Ensamble Lírico
Un Barbiere di Qualitá
Domingo 7 de Octubre de 2018
Auditorio de Belgrano
Escribe: Andrés Hine
El Barbero de Sevilla, de Gioacchino Rossini.
Libreto: Cesare Sterbim.
Elenco:
Figaro: Enrique Gibert Mella
Rosina: Lidice Robinson
Conde de Almaviva: Carlos Ullán
Don Bártolo: Mirko Tomas
Don Basilio: Felipe Cudina
Berta: Milagros Seijó
Fiorello: Alfredo González Reig
Coro y orquesta del Ensamble Lírico Orquestal.
Dirección Escénica: Gonzalo Berdes
Dirección Musical: Gustavo Codina
En el cuarto concierto de su Temporada Lírica de 2018 el Ensamble Lírico tomó las riendas en una chispeante y divertida presentación de El Barbero de Sevilla.
En el papel protagónico, Enrique Gibert Mella compuso un Fígaro óptimo, con suficiente caudal vocal y buen legato. Con un decir expresivo y comunicativo, aportó muchos momentos humorísticos de su autoría, que el público disfrutó y celebró. Su actuación, tanto desde el punto de vista musical como actoral fue de alta jeraquía artística.
Carlos Ullán, como el Conde de Almaviva, aportó claridad y fraseo elegante. En todo momento, mostró entrega personal y compromiso con el personaje, acaso uno de los personajes más comprometidos de su cuerda.
La Rosina de Lídice Robinson tuvo gracia y picardía. Sorteó las dificultades de una partitura con profusa ornamentación destacándose tanto en su aria "Una voce poco fa" como en las escenas de conjunto. Puso la voz al servicio del libreto dejando expuestas las innumerables facetas que puede producir con su canto, mostrando así su condición de cantante y actriz.
No cabe duda de que el profesionalismo de Mirko Tomas contribuyeron a abordar un Don Bartolo que aportó momentos risueños. Su aria "A un dottor della mia sorte" fue ejecutada con impecable articulación del idioma e itencionalidad.
Felipe Cudina fue un Basilio de gran redondez vocal. Su voz caudalosa, de buena extensión y registro parejo, le permitieron abordar su aria "La calunnia" de manera sobresaliente e impactó en los momentos humorísticos realizando un importante aporte al éxito de la función.
Milagros Sejó cumplió dignamente con el rol de Berta. En tanto Alfredo Gozález Reig realizó una buena labor como Fiorello.
El Coro del Ensamble Lírico Orquestal deleitó con su acostumbrada precisión y calidad sonora. Tuvo una actuación articulada y segura, tanto en los aspectos rítmicos como en la afinación.
Por razones de espacio (no hay foso en el auditorio) la orquesta se vio reducida a apenas una docena de instrumentos ubicados por delante de la primer fila de asientos. Sin embargo, bajo la batuta del Maestro Gustavo Codina, entregó un caudal sonoro más que adecuado, amen de algunas impreciciones por parte de los vientos.
La escenografía minimalista cumplió su función y resolvió adecuadamente, con la ayuda de la maginación, los requerimientos de la partitura. El atractivo vestuario de Miguel Angel Flores, también tradicional, contribuyó de manera eficaz a la presentación. La iluminación fue en general adecuada pero dejó a oscuras a los solistas en un par de ocasiones.
La dirección de escena de Gonzalo Berdes permitió que los intérpretes desarrollaran los personajes de manera efectiva. La coreografía tambien contribuyó positivamente a la integración de los personajes en desarrollo de la acción. Grata sorpresa fué que la obertura se dió a telón cerrado como corresponde, sin ningún tipo de ballet, actuación o distracción.
Al caer el telón, un público entusiasta, que se había divertido durante la función, premió con calurosos aplausos a los artistas de este Barbiere di Qualitá.