Buena versión de "La Boheme" en el Colón
Teatro Colón
Miércoles 17 de Octubre de 2018
Domingo 21 de octubre de 2018
Escribe: Graciela Morgenstern
Fotos:Teatro Colón - Arnaldo Colombaroli, Máximo Parpagnoli
La Boheme, de Giacomo Puccini
Libreto: Giuseppe Giacosa y Luigi Illica
Elencos:
- 17 de octubre: Mariana Ortiz, Atalla Ayan, Jaquelina Livieri, Fabián Veloz, Fernando Grassi, Carlos Esquivel , Luis Gaeta, Víctor Castells, Sergio Spina y otros.
- 21 de octubre: Marina Silva, Gustavo López Manzitti, Vinicius Atique, Paula Almerares, Carlos Esquivel, Cristian Maldonado, Gustavo Gibert, Enzo Romano y otros
Coro Estable del Teatro Colón. Director: Miguel Martínez
Coro de Niños del Teatro Colón. Director: César Bustamante
Orquesta Estable del Teatro Colón
Escenografía e iluminación: Enrique Bordolini
Vestuario: Imme Möller
Régie: Stefano Trespidi
Director musical: Joseph Colaneri
En el Teatro Colón subió a escena "La Boheme", una de las obras más vistas en la historia de la ópera. Es bien conocido ya que la magnífica composición de Giacomo Puccini cuenta con melodías muy variadas, de singular belleza, y que la partitura sostiene un nivel emotivo y musical que nunca decae.
En esta oportunidad, dos elencos se alternaron con resultados dispares en cuanto a sus actuaciones. Sin embargo, con sus aciertos y desaciertos, puede considerarse una versión que fue buena, aunque no descollante.
En la función del 17 de octubre, el rol de Mimí encontró en la soprano venezolana Mariana Ortiz, una cantante refinada, con buen uso del legato y color vocal agradable que sin embargo, se deslució en el registro agudo. Cantó sus arias correctamente pero sin emocionar; compuso una Mimí cálida pero no conmovedora.
El tenor brasileño Atalla Ayan, debutante en nuestro medio, es un elemento muy promisorio. Si bien su voz no es tan caudalosa, corre en la sala y posee metal bello y parejo, aunque adolece de algunos problemas en la emisión y debería evitar, especialmente en su aria “Che gelida manina”, los sonidos fijos y la monotonía de un canto pobre en matices, aspectos que deberá mejorar en el futuro. Es un tenor muy joven y seguramente, lo logrará. De todas maneras su actuación fue más solvente a partir del segundo acto y cantó con entrega y convicción.
El desempeño vocal y actoral del barítono argentino Fabián Veloz como Marcello, fue óptimo.
Por otra parte, la Musetta de Jaquelina Livieri, fue graciosa y emotiva al mismo tiempo, con muy buen nivel vocal, soltura escénica y chispa.
Carlos Esquivel, fue un Colline más que aceptable en ambas funciones. Su aria “Vecchia zimarra” mostró buen fraseo y articulación. Fernando Grassi tuvo un muy buen desempeño como Schaunard y el resto del elenco cumplió con su cometido, destacándose el Benoit de Luis Gaeta, quien exhibió su habitual solvencia.
En tanto, en la función del día 21, la Mimí de Marina Silva exhibió importante caudal vocal, técnica sólida y una interpretación conmovedora. Con firme control del fiato, abordó “Sí mi chiamano Mimí” y su aria del tercer acto, “Donde lieta uscí”, ambas bien fraseadas y con canto expansivo, por lo que logró que la audiencia palpite con “Ma quando vien lo sgelo”, o se estremezca con “Sono andati”. Fue merecidamente ovacionada al finalizar la función.
Nuestro compatriota Gustavo López Manzitti como Rodolfo, mostró alto grado de compromiso con el personaje y resultó convincente en lo actoral. Su canto sonó siempre seguro y con buena emisión y aunque con algunos altibajos en el primer acto, fue mejorando gradualmente en el transcurso de la función, logrando resultados muy satisfactorios a medida que la misma se desarrollaba.
El barítono brasileño Vinicius Atique, también debutante en nuestro país, fue un Marcello muy musical, con buena presencia escénica y voz atractiva aunque un tanto "corta" en el registro grave. Realizó, sin embargo, una muy buena actuación.
En tanto, Paula Almerares volcó toda su experiencia y talento vocal y escénico al personaje de Musetta. Algunas notas agudas en su aria "Quando m'en vo" sonaron un poco tirantes pero ésto no empañó un desempeño de alta calidad artística.
Tanto el Coro Estable como el Coro de Niños, dirigidos por Miguel Martínez y César Bustamante, respectivamente, realizaron una lucida labor en sus cortas intervenciones.
Joseph Colanerial frente de la Orquesta Estable se limitó a realizar una marcación de los tiempos. Igualmente, en la función del 21, hubo alguna desinteligencia entre foso y cantantes. No supo aprovechar las sutilezas ni la emotividad que contiene la partitura en innumerable ocasiones. Evidentemente, non "trovó la poesia".
Aunque no fue esta una versión muy homogénea en cuanto al rendimiento de sus intérpretes, fascinado por la belleza indiscutible de la obra, el público aplaudió entusiasta.
CALIFICACIÓN: BUENA
Primer Elenco
Segundo Elenco