EL VERDADERO DIEMECKE VOLVIO EN LA SEGUNDA PARTE
Teatro Colón
Jueves 6 de diciembre de 2018
Escribe: Donato Decina
Décimo octavo y último concierto de abono a cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires.
Programa :Concierto Nº2 para piano y orquesta en Si bemol mayor, op.83 ,de Johannes Brahms
Cuadros de una exposición (orquestación de Maurice Ravel) de ModestMussorgsky.
Director:Enrique Arturo Diemecke
Solista: Jorge Federico Osorio (piano).
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
Y llegamos a la última fecha de este abono que se inició a finales de Febrero pasado. Si bien se está retornando gradualmente a la cantidad de fechas de otrora (18 Conciertos este año como lo serán también en 2019), lo ideal sería retornar al formato de 20 a 22 sesiones como hasta hace un tiempo atrás, aunque la actual sea una cifra para nada despreciable. Si bien entiendo que a lo largo de la presente temporada no haya existido la absoluta perfección, hubieron hitos aceptables. Presencia de importantes solistas como Misha Maisky y sus hijos, realizaciones como los dos conciertos para Piano y Orquesta de Brahms y como contrapartida repeticiones inexplicables como la de la Séptima Sinfonía de Beethoven, lapsos prolongados entre conciertos y programación muchas veces reiterativa en obras y estilos, aspectos que habiendo visto la grilla del próximo año tenderían a corregirse paulatinamente.
Esta última fecha tuvo ante nosotros la versión del segundo Concierto para Piano y Orquesta Op. 83 en Si bemol mayor de Brahms. Obra de madurez, compleja , al decir de un inolvidable habitué del Colón ya fallecido, Raúl Soubron, es una Sinfonía con Piano. Jorge Federico Osorio, pianista de origen Mexicano, de dilatada trayectoria y dueño de hitos importantes (Actuaciones con grandes Directores, grabaciones para importantísimos sellos discográficos, premios internacionales), fue convocado para acometerlo. Es poseedor de una muy buena técnica y se pudo percibir que sin ningún lugar a dudas sus importantísimos logros han llegado por una conducta y una solida labor. Su actuación fue muy correcta, pero a mi entender en esta noche no alcanzó a lograr el clima de intimidad que requieren pasajes como los del tercer movimiento (algo que ocurrió también de manera llamativa con Homero Francesch, solista del Concierto para Piano y Orquesta Nº1 en el andante central, de similares características a este) y en algunos momentos de la obra imprecisiones perceptibles. Aun así, el público recibió de buena forma su labor y la premió con aplausos sostenidos.
La segunda parte mostró al Diemecke más apreciado por el público. El visceral, enérgico y de absoluta entrega para una versión un poco más lenta de lo habitual, pero absolutamente sólida de “Cuadros de una Exposición” de Modeste Mussorgsky en Orquestación de Maurice Ravel. Excelentemente trabajada, con altísimas respuestas de los solistas del conjunto y plena de canto y colorido orquestal. Fue una versión que creció con el correr de la interpretación hasta llegar a una grandiosa y luminosa versión de “La gran puerta de Kiev” con la que la obra culmina. Cuatro salidas a escena del Director para agradecer los aplausos son la prueba elocuente del nivel de la versión, la que nos hizo conectar con el Diemecke que más gusta al público, el que hacía rato que no aparecía.
Donato Decina