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Digno homenaje a Franz Liszt en el Colón

 

Teatro Colón

Jueves 9 de mayo de 2019

 

Escribe: Néstor Echevarría  - La Prensa 11/5/19


Orquesta Filarmónica de Buenos Aires

 Concierto Nº1 para piano y orquesta en Mi bemol mayor, S.124  y SinfoníaDante,S 109 (basada en La divina Comedia de Dante Alighieri), ambas de Franz Liszt

Director: Roberto Minczuk

Solista: Horacio Lavandera (piano).

Con el Coro de Niños  dirigido por Cesar Bustamante. 


La notable  personalidad de Franz Liszt, (1811-1886) nacido en un pequeño pueblo de la actual Hungria, refiere a uno de los músicos verdaderamente influyentes en  en la evolución orquestal, y en la técnica del piano, además de ser un excelso instrumentista cuya fama se expandió en toda la Europa de su tiempo. En cuanto a la evolución orquestal tiene honda importancia en la transición romántica hacia lo descriptivo y programático, y su memoria está siempre presente en tal sentido.


El programa preparado por la Filarmonica en el Colon, en esta suerte de homenaje completamente basado en sus obras, fue dirigido por el maestro Roberto Minczuke incluyo en su primera parte  el Concierto Nº 1 para piano y orquesta con la reaparición de Horacio Lavandera en el instrumento, que mostró nuevamente, ahora a los treinta y cinco años  (tenia dieciséis cuando se reveló en el concurso Roberto Micheli, del Teatro alla Scala de Milan) y prosigue manteniendo su condición de virtuoso tecladista, con el dominio de las octavas, la digitación precisa y veloz y dotes que no se han visto debilitadas.


Su versión pianística fue en tal sentido muy precisa técnicamente, aunque alguna carencia de  fraseo romántico se plegó también en esta partitura con la interpretación del director brasileño Roberto Manczuk, invitado en esta ocasión y oriundo de San Pablo,  donde dirige la Orquesta Sinfónica Municipal de esa urbe brasileña, además de otras intervenciones internacionales.


Cerrando esta parte y tras los aplausos y reclamaos de  “encores”; Lavandera agrego la paráfrasis para piano del “Lohengrin” de Wagner (quien era su yerno) con el preludio al acto tercero y la marcha nupcial, con lo cual convirtió  sorpresivamente la sesión en un recital casi propio y quizá, demasiado extendido.


En la segunda parte, la Sinfonía Dante (S.109) ,en la cual Liszt estuvo inspirado en la Divina Comedia del poeta Dante Alighieri,  siguiendo el plan de la obra la pensó en tres movimientos de los cuales realizo el “Infierno” y el “Purgatorio” A este último, se dice que a instancias de Wagner, le incorporó al final un “Magnificat” con coro, que en esta ocasión permitió la intervención atildada y eficaz del cuerpo coral  de  Niños del Colón preparado por Cesar Bustamante


En general, la versión expuesta de esta obra de Liszt –como decíamos de importante aporte a la música programática- tuvo una digna  efectividad y corrección, con alguna leve saturación en los planos sonoros  por momentos y un tanto parca en extremas sutilezas.

 

Néstor Echevarría

Calificación: Bueno