“Ariadna en Naxos” en el teatro Colón
PÁLIDA VERSIÓN DE UNA ÓPERA DE RICHARD STRAUSS
Teatro Colón
Viernes 26 de Julio de 2019
Escribe: Carlos Ernesto Ure
Ariadne auf Naxos”, ópera en un prólogo y un acto, con libro de Hugo von Hofmannsthal, y música de Richard Strauss.
Con Carla Filipcic Holm, Gustavo López Manzitti, Jennifer Holloway, Ekaterina Lekhina, Hernán Iturralde, Pablo Urban, Luciano Garay, Santiago Martínez, Iván García, Carlos Kaspar, Mariano Fernández, Laura Pisani, Victoria Gaeta y Florencia Machado.
Iluminación de José Luis Fiorruccio
Escenografía de Diego Siliano
Vestuario de Luciana Gutman y “régie” de Marcelo Lombardero.
Orquesta Estable del Teatro Colón (Alejo Pérez).
En cuarta función de gran abono de la temporada lírica oficial el Colón ofreció el viernes una nueva edición de “Ariadna en Naxos”, ópera en un acto y un prólogo de Richard Strauss que no se daba desde 1993, espectáculo que lamentablemente resultó por completo fallido como consecuencia de una puesta que carcomió hasta sus cimientos la magnífica creación alemana.
Distorsiones
En efecto; presidida por Marcelo Lombardero, la producción convirtió este trabajo derivado de “El burgués gentilhombre” en una suerte de grotesco criollo, una bufonada “kitsch” que provocó incesantes carcajadas en los espectadores y aniquiló la exquisita poética literaria y musical de esas dos grandes figuras del arte que fueron Hugo von Hofmannsthal y el autor de “La Mujer sin Sombra”.
En la conducción de una orquesta de mediano rendimiento global estuvo Alejo Pérez, quien plasmó sin ir más allá una versión aplicada, en la que aparte de cubrir las voces en más de un momento se echaron de menos los notables reflejos cromáticos propios de esta obra (escrita para una agrupación de treinta y seis miembros), y “un sentido de la melodía infinita sin el cual es inútil querer ponerse al frente de una partitura de Strauss”, según lo decía nuestro colega Pedro González Mira con alusión específica a “Ariadne”.
El elenco
Sin perjuicio de poner en relieve la negativa labor de Carlos Kaspar (Mayordomo), actor melifluo y por añadidura de voz no colocada, cabe apuntar que el tenor Gustavo López Manzitti (Baco) acreditó insuficientes condiciones para su parte, al tiempo que la estadounidense Jennifer Holloway (el Compositor como “travesti” doble), en realidad una soprano corta por sus perfiles de tesitura y color, mostró emisión francamente irregular, defectos parcialmente compensados por su faena actoral. Hernán Iturralde (Maestro de música) hizo oír en cambio un registro pujante y homogéneo, y Ekaterina Lekhina (Zerbinetta) exhibió un metal de calidad, que llega hasta el “mi” natural sobreagudo y desplegó con impecable solvencia en “Grossmächtige Prinzessin”, su famosa aria de coloratura. Ridiculizada, víctima de la “régie”, nuestra compatriota la soprano Carla Filipcic Holm (Ariadna) cumplió finalmente una faena meritoria por la opulencia de su cuerda dramática y la categoría de la línea.
Calificación: malo
Carlos Ernesto Ure