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EXCELSO

 

Salón de los PasosPerdidos

26 de Agosto de 2019

 

Escribe: Donato Decina

 

Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación - Temporada 2019,

Primer Violín y Director Invitado: Nicolás Favero.

Solista: Pablo Saraví (Violín).

Programa: Obras de Alberdi, Haydn y Schoemberg. 

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE.

 

    De la mano de dos de los mejores Violinistas del medio musical Argentino, la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación produjo uno de los conciertos más importantes en sus casi 30 años de historia. Bajo la guía de Nicolás Favero y actuando como solista Pablo Saraví,  se desarrolló un programa que cubrió desde los albores de la música Nacional, pasando por el Clacisismo y llegando a una de las cumbres del Post-Romanticísmo. El resultado fue superlativo en todo sentido  y el público se mantuvo expectante en todo momento.

 

  El inicio nos mostró a Favero Director empuñando su batuta para rendir homenaje al Padre de la Constitución Nacional de 1853, Juan Bautista Alberdi, con una breve composición que es toda una autocita: “Figarillo”, seudónimo que utilizaba para firmar sus escritos periodísticos. Es un arreglo para conjunto de cámara ya que su original es para Piano. Lamentablemente la falta incomprensible de programas de mano hace que no podamos dar cuenta del autor de este arreglo. Sí en cambio hace casi 30 años tuve la oportunidad de apreciar uno sinfónico a cargo de José Rodriguez Faure, quien, como no podía ser de otro modo, lo interpretó al frente de la Sinfónica Municipal de Avellaneda en el Teatro Roma la previa de un 9 de Julio.  Es una composición breve, sencilla, bien desarrollada, tratada en su arreglo de modo muy noble y Favero supo conducirla acertadamente obteniendo un muy buen rendimiento del conjunto.

 

  El primer momento extraordinario de la noche, sobrevino de la mano de Pablo Saraví, quien fue el Solista del Concierto Nº 1 para Violín y Orquesta en Do mayor de Franz Joseph Haydn. Composición en 3 Movimientos se inicia con un Allegro Moderato en donde tras una relativamente breve introducción el Solista comienza a desarrollar un amplio pasaje. Saraví estuvo impecable en todo momento, tuvo refinamiento, exquisito sonido y excelente técnica. La Orquesta muy bien guiada por Favero tuvo matices y muy buena dinámica, logrando que este movimiento fuese del gusto de todos. El siguiente momento es un Adagio sencillamente exquisito que obra a modo de Serenata en donde el Solista, extraordinariamente secundado por la agrupación, tuvo momentos de altísimo vuelo interpretativo, condiciones reafirmadas en el Presto que cierra la composición. Aquí Solista, Director y Orquesta actuaron en un todo logrando una versión de excelencia virtualmente aclamada por el Público, lo que tras tres salidas a saludar y tras la explicación por parte de Saraví de la naturaleza del segundo movimiento, se lo bisó de manera completa, reiterándose idéntica reacción del público al recibir la totalidad de la obra.

 

  Para la parte final, Favero asumió el carácter de Primer Violín Guía, dispuso en semicírculo y de pié a los instrumentistas (a excepción lógicamente de los Violonchelos) y ofreció al frente del conjunto una electrizante versión de “Noche Transfigurada” en la versión final de 1943 de Arnold Schoemberg. Tras la explicación del propio Favero de la naturaleza del poema que originó la composición, del origen del trabajo y de la versión a ofrecerse, se pudo disfrutar de momentos de tensión, energía, lirismo y alto vuelo interpretativo, a tal punto que un silencio cerrado en torno al Salón de los Pasos Perdidos fue la prueba elocuente del impacto causado sobre el auditorio. Tras un cierre exquisito de la obra en donde el virtuosismo del conjunto fue absoluto, se pudo obtener un silencio de varios segundos hasta que Favero comenzó a bajar su arco casi como señalando inequívocamente que se podía comenzar a aplaudir, desatando una ovación que este cronista no recuerda a lo largo de los conciertos escuchados por El a cargo de este conjunto en el edificio legislativo.

 

Esta es una prueba concluyente de la categoría alcanzada por esta formación y este debe ser el único fin para el cual se desempeña. Quienes piensen en otras cosas, se equivocan.

 

 

Donato Decina