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En la Sala de Honor del Palacio de Correos

 

Impecable recital de Giulio Biddau

 

Sala de Honor del Palacio de Correos
Viernes 6 de septiembre de 2019


Escribe: Andrés Hine

Fotos: Laura Szenkierman

 

Giulio Biddau - pianista

Programa:
- D. Scarlatti - 6 Sonatas
J- . Brahms - 6 Piezas (Klavierstücke op 118) - Intermezzo-Intermezzo-Ballade-Intermezzo-Romance-Intermezzo
- M. Ravel - Le tombeau de Couperin (la tumba de Couperin) Prelude-Fugue-Forlane-Rigaudon-Menuet-Toccata

 

 

En el histórico marco de la Sala de Honor del ex Palacio de CorreosTeatro Colón se tuvo la oportunidad de disfrutar del arte de uno de los mejores pianistas que nos ha visitado últimamente. Cuando Giulio Biddau se sienta a su instrumento y comienza a tocar, transporta su público a un mundo musical estilista, pero sin rigideces, donde se encuentra tan cómodo con el periodo Barroco que como con el Conteporáneo. Quizás sea la economía de movimientos, la ausencia de gestos exagerados o la concentración total que evidencia que ayudan a que sus intepretaciones trasciendan  de ser algo muy bueno a ser una experiencia completa, de la cual los compositores mismos seguramente aprobarían.

 

Para este concierto Biddau eligió 6 sonatas de Domenico Scarlatti, piezas de alto contenido intelectual que no se interpretan habitualmente en el marco de un recital aislado.

 

Pasando a la obra de Brahms, el "Klavierstücke" Op.118, es una composición de su última época y consiste en 6 numeros independientes de riqueza íntimista que funcionan conjuntamente como un todo. Fueron dedicadas a Clara Schumann. Las obra no es técnicamente tan exigente como algunas otras obras de este compositor, pero necesita que se preste mucha atención al fraseo. Biddau supo darle la poesía, pasión, sentimiento y emoción que podemos suponer Brahms imaginaba al componerlas.

 

"Le tombeau de Couperin" fue compuesta por Ravel durante un período traumatico de su vida que incluyen la primera guerra mundial y la muerte de su madre. Exhibe un estilo armónico austero que contrastan con las variadas texturas de sus obras compuestas previas a la guerra. Ravel dio detalladas indicaciones de come se deberian interpretar sus composiciones, posiblemente como reacción a los excesos en que incurrian los intérpretes románticos de su epoca.  Por ejemplo, vio la necesidad de escribir "sin ralentir" en algunas de sus partituras. Biddau se adherió estrictamente a los deseos del compositor, pero con imaginación, sensibilidad y riqueza de matices.

 

Durante todo el transcurso del recital Biddau mostro gran variedad de inflexiones y tonalidades como así tambien excepcional precisión y total dominio de su instrumento.  Es un artista de impecable solvencia que exhibe un excelente grado de entrenamiento asi como familiaridad evidente con el repertorio que cultiva.

 

Ante los calurosos aplausos el tecladista ofreció dos números fuera de programa , Ondine de Gaspar de la Nuit de Ravel y el Estudio op 10 Nº 12 "Revolucionario" de Chopin.

 

Mas  aplausos siguieron, marcando la conclusión de esta inolvidable velada.

 

 

Biddau1

 

 

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