"La Flauta Mágica" en el Teatro del Bicentenario, San Juán
Brillante versión
Teatro del Bicentenario - San Juán
Miércoles 2 de octubre de 2019
Escribe: Graciela Morgenstern
"La Flauta Mágica", de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791)
Libreto: Emanuel Schinkaneder
Elenco: Duilio Smiriglia, Marina Silva, Fernando Lazari, Laura Pisani, Cristian De Marco, Osvaldo Peroni, Sabrina Pedreira, Ivana Ledesma, Romina Pedrozo, Claudia Lepe, Román Modzelewski, Micaela Sánchez Polverini, Ma. Sol Sánchez Polverini, Abril Roitman, Octavio Sosa, Luis Pulenta
Orquesta Sinfónica FFHA / UNSJ
Coro Universitario FFHA / UNSJ
Director del Coro: Jorge Romero
Maestra Preparadora: Eduviges Piccone
Directora Coreográfíca: Silvana Moreno
Iluminación: Eli Sirlin Règie
Diseño de escenografía
Vestuario y multimedia: Eugenio Zanetti
Dirección musical: Emmanuel Siffert
El Teatro del Bicentenario, emplazado en el corazón de la ciudad de San Juan, celebró su tercer aniversario, con una excelente versión de "La Flauta Mágica". Pese a estar cantada en castellano, la traducción contó con la aprobación de la Fundación Internacional Mozarteum, custodia de la obra del compositor. Al finalizar la función, su presidente, Johannes Honsig-Erlenburg, entregó una copia de los manuscritos originales al Director del Teatro del Bicentenario, Eduardo Savastano, lo que constituyó un hecho de alto impacto emotivo.
Ninguna ópera de Mozart ha entrañado tantas leyendas e hipótesis como "La Flauta Mágica". La trama relata las diferentes pruebas a las que deben someterse Pamina, hija de la Reina de la Noche, quien representa el Mundo de las Tinieblas, y su enamorado, Tamino. Ambos triunfan finalmente, con la ayuda del sabio Sarastro, ingresando al Reino del Sol y provocando la extinción del Mundo del Mal. Aunque el libreto está basado en el cuento fantástico "Lulu, oder die Zauberflôte", se encuentran en la obra muchos elementos en concordancia con la masonería, a la que Mozart adhirió con fervor desde que se inició en 1784, luego de establecerse en Viena, y que marcó su actividad profundamente. Lo seducía la idea de una comunidad fraterna, en la que todos sus miembros llevaran a cabo una tarea tendiente a lograr el progreso de la humanidad.
La versión que subió a escena en esta oportunidad logró un nivel artístico homogéneo y de gran jerarquía. Duilio Smiriglia actuó y cantó la parte de Tamino de manera elocuente y se lo vio realmente consustanciado con el rol. Marina Silva como Pamina, desplegó neto estilo mozartiano. Fue emotiva en su aria, en la que exhibió gran control del fiato.
Excelente Laura Pisani, como la Reina de la Noche, Con afinación perfecta y habilidad para desarrollar la línea de legato, logró obtener una expresividad que muestra su comprensión del valor de cada nota. Desplegó una técnica de coloratura óptima y su interpretación de las dos arias fue magnífica. Una encarnación de la Reina de la Noche que seguramente, perdurará en el recuerdo del público.
Sarastro encontró en Cristian De Marco un intérprete satisfactorio que durante el transcurso de la función, fue ganando en profundidad interpretativa.
Con buena dicción, Fernando Lázari compuso un Papageno simpático y vivaz.En tanto, Sabrina Pedreira fue una Papagena de voz cristalina y personalidad chispeante.
Osvaldo Peroni realizó una encarnación bien lograda de Monostatos. Una labor de muy buen nivel artístico cumplieron las tres Damas, Ivana Ledesma, Romina Pedrozo y Claudia Lepe, así como también los tres niños Genios, interpretados por Micaela Sánchez Polverini, Ma. Sol Sánchez Polverini y Abril Roitman. Román Modzelewski encarnó el Orador de manera notable, al igual que Octavio Sosa y Luis Pulenta como el Sacerdote y el Hombre Armado, respectivamente. Detrás de todas estas buenas actuaciones, está la siempre hábil guía de la Maestra Preparadora Eduviges Piccone.
El Coro Universitario FFHA / UNSJ, dirigido por Jorge Romero, realizó un trabajo de gran lucimiento.
El director suizo Emmanuel Siffert, al frente de la Orquesta Sinfónica FFHA / UNSJ, controló el ensamble con eficacia, utilizando tiempos y sonoridades apropiados, equilibrándolas de manera adecuada y exhibiendo al máximo las bondades de la partitura.
La mise-en-scene, creada por Eugenio Zanetti especialmente para esta ocasión y realizada en los talleres del Teatro del Bicentenario, fue extraordinaria. Zanetti, a cargo de la régie, escenografía y vestuario, presentó una puesta creativa y respetuosa del libreto al mismo tiempo. Combinó elementos del cuento fantástico con los que representan la idea de la logia masónica, para lo que utilizó diversos recursos que incluyeron la proyección de imágenes, además de escenografía corpórea y la muy buena iluminación diseñada por Eli Sirlin. El vestuario fue de una belleza singular. Chapeaux a la gente que trabajó en los talleres del TB por la alta jerarquía artística de lo que se pudo ver en escena.
Una versión para disfrutar de comienzo a final, ovaciones muy merecidas para todos los hacedores de esta "Flauta" y la alegría de contar con un teatro que tiene por delante un futuro promisorio.
CALIFICACION: EXCELENTE
