Música de Cámara Alemana
La Regata, Torre de Manantiales, Mar del Plata
Domingo 1ero de diciembre de 2019
Escribe: Eduardo Balestena
Miguel Silva Macías, tenor
Laura Reamo, piano
Mailén Blanco Arriola, soprano
Desde hace cinco años, María Paula González y Miguel Silva Macías organizan un ciclo de recitales líricos que ha sido llevado a cabo en distintos escenarios, como el Museo Castagnino y la Villa Gainza Paz.El del primero de diciembre estuvo dedicado a música de Cámara Alemana.
Con la presentación e introducción de las obras por parte de Miguel Silva Macías, quien abordó la mayor parte de los lieder presentados, el programa abrió con AnChloe, K. 524 de Wolfgang Amadeus Mozart.
Los lieder Gute Nacht, el inicial del ciclo Winterreise; Opus 89, D, 911, y Der Lindenbaum, (el quinto del opus 89) de Franz Shubert siguieron en el orden del programa, con una referencia a los poemas de Willhem Müller en los que –al igual que en Die SchöneMullerin- se basa y al sentido de la obra.
En el primero, uno de los más conocidos, el personaje canta “Llegué como un extraño, como un extraño me marcho"; el tono y la temática introducidas son las del viaje, un motivo central del romanticismo alemán y el tono es el de la soledad y el aislamiento. Musicalmente, el piano presenta un preludio, dos estrofas idénticas y una tercera y cuarta con cambios que marcan una intensidad creciente y la consiguiente demanda en la voz, que si bien se mantiene en una línea, casi sin pasajes ascendentes o descendentes, debe poder expresar esa mayor intensidad dentro de un canto sobrio, con mayores matices pero no enteramente emocional: en el lid alemán la voz debe moverse dentro de ese equilibrio.
En Der Lindebaum el caminante llega hasta un árbol de tilo, en cuya corteza marcó palabras de amor. El tilo simboliza, en el romanticismo, el cobijo y el hogar y, en este caso, una insinuación del suicidio, sin embargo el poeta se aleja sin mirar hacia atrás. No obstante, el tono es de apego y ternura. En lo que pareciera un pasaje de tresillos, el piano abre el lied con un sentido de marcha que, unido al símbolo, parece indicar que esa marcha habrá de proseguir. En un tiempo más lento, la voz entona notas largas y levemente acentuadas que, más adelante se hacen algo más intensas y rápidas para luego ralentizarse en un tono desgarrado. Finaliza con el mismo elemento musical del inicio en el piano.
Les siguió Das Wandern, de Die shonneMullerin, opus 25 D. 795, de Franz Schubert, en sol mayor, el primer lied de la serie sobre poemas de Willhem Müller. Los seisillos de la breve introducción del piano, marcan el fluir de un arroyo la marcha del caminante, abierto a las incitaciones del mundo y que habrá de caminar por diversos terrenos, lo cual es indicativo de los distintos sentimientos que vivirá a lo largo de los veinte lieder y que van desde la alegría al dolor y la desesperación y concluye en un final incierto en el cual no sabemos, cual ha sido el destino del caminante.
Si me he detenido brevemente en estas obras es para señalar su importancia musical, sus requerimientos y centralidaden la producción del compositor, así como su cualidad de ser profundamente representativas del romanticismo alemán.
Miguel Silva Macías mostró una vez más su timbre refinado, la delicadeza de su fraseo y la elegancia de una voz muy adecuada para el repertorio camarístico, con un manejo claro y fluido del idioma alemán.
La joven soprano Mailén Blanco Arriola abordó luego Das Lied der Trennung, K. 519, de Wolfgang Amadeus Mozart, lo hizo con una voz muy afinada, delicada, clara y dúctil, perfectamente afinada y de un elegante fraseo. Mostró su capacidad de llegar a notas altas del registro con claridad, elegancia y sin esfuerzo.
Laura Reano llevó a cabo el rol de acompañante (una especialidad dentro de la interpretación pianística) con total sincronía con las voces solistas y con los matices que el repertorio demanda para el instrumento.
Im wunderschönen Monat Mai; Ausmeinen Tränen y Die Rose, die Lilie, die Taube, Die Sonne, de Dichterliebe, opus 48 de Robert Schumann, obras entregadas por el compositor a Clara Wieck en oportunidad de su casamiento fueron las abordadas con posterioridad. Permitieron apreciar las cualidades interpretativas señaladas, que también fue posible comprobar en GutenAbend, gut´Nacht, opus 49, nro. 4, de Johannes Brahms.
El programa cerró con Aallerseen, opus 10, nro. 8, Morgen. Opus 27. Nro. 4 de Richard Strauss y Lippen Scheweiggen, die lustigueWitwe, de Franz Lehar.
Miguel Silva Macías es un presentador sobrio y ameno que, brevemente y con precisión, guía la escucha de las obras.
Tanto los repertorios elegidos como las voces que lo han animado son indicadores de la calidad del ciclo. En esta presentación nos brindó la oportunidad de poder acceder en vivo a lieder pertenecientes a conjuntosde gran importancia musical, como lo son Die Winterrreise y Die Schone Müullerin.
Eduardo Balestena