Lo que dejó 2019
Fue un gran año para la música clásica
Lunes 9 de diciembre de 2019
Escribe: Néstor Echevarría (La Prensa 2019/12/09)
Fue un año activo y con muchos momentos relevantes el que vivió Buenos Aires en materia de música clásica o académica, como también suele llamársela. De ahí que evaluemos esos conciertos de 2019 que se vivieron en el teatro Colon, el Coliseo, en el CCK y su sala sinfónica ahora llamada Auditorio Nacional, y otros ámbitos. Jornadas que marcaron señales de una continuidad feliz en la labor de estas disciplinas del arte sonoro, a través de `prestigiosas agrupaciones orquestales, intérpretes internacionales, directores ,solistas y conjuntos locales .
El género sinfónico tuvo ya en mayo un acontecimiento valioso con la presencia localpor vez primera, de la afamada orquesta inglesa London Symphony Orchestra (fundada en 1904)que llegócon la dirección del notablemaestro británico SimonRattle, hoy con sesenta y cuatro años, siguiendo su carrera en su patria tras largos años exitosos con la Filarmónica deBerlin. Entregó “La sinfonía da Requiem”,op 20, de Britten y una soberbia versión de la Sinfonia Nº 5 en Do menor de Mahler, que fueron momentos brillantes del debut ,cerrando al día siguiente con la SinfoníaFantástica de HéctorBerlioz.
Pero otro acontecimiento le sucedió a las pocas semanas, cuando la magistral Filarmónica de Israel volvió dentro del ciclo de grandes intérpretes internacionales del Colón con el siempre admirado director indio Zubin Mehta en el podio, a los 83 años y ya retirándose luego de medio siglo con esta orquesta de tanta trascendencia. Volvió a mostrar Mehta su empatía con ella y tuvo esta vez en la apertura a Martha Argerich( 78) entregando una versión antológica del Concierto para piano y orquesta en La menor, op 54 de Robert Schumann del cual hicimos notar en su momento que el romanticismo de Schumann se resignifica ante los elementos de una orquesta brillante,una batuta maestra y una pianista harto virtuosa.
Kent Nagano
Los ciclos orquestales del año que merecen integrar este balance sinfónico también incluyeron a la magnífica Sinfónica de Montreal con Kent Nagano (67) en el podio, que la conduce desde hace desde el largo periodo de Charles Dutoit y que ha encontrada un “feedback” con los músicos de la agrupación canadiense. El maestro californiano, de origen japonés , regresó al Colón en el ciclo del Mozarteum Argentino, con jerarquía y cabe hacer notar su brillante concertación y dirección de la Quinta Sinfonia de Gustav Mahler, cuyo “adagietto” fue una sensible y auténtica muestra deóptimo nivel en todos sus compases.
Hubo otras orquestas sinfónicas como laFilarmónica de Luxenburgo, dirigida por el español Gustavo Gimeno, en el ciclo del Mozarteum también, o la de Cámara de Munich con Lise de la Salle como solista de piano, o las tambien convocadas por Nuova Harmonia en el teatro Coliseo, que presentó la llamada “L’arte del mondo” con el notable mandolinista Avi Avital, pero aun mas especialmente la Kremerata Baltica con el solvente violonchelista Mario Brunello, una agrupación fundada por Gidon Kremer, que mostró energía y sonoridad exquisita .
Las orquestas argentinas
Claro que nuestras orquestas estuvieron frisando también los altos valores de evaluación, si pensamos que sus ciclos son en algún caso abonos, como el de la Filarmónica de Buenos Aires, ganadora de la distinción de la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina recientemente, que dirige el maestro mexicano Enrique Arturo Diemecke y que ofreció en el Colon con otros directores invitados y solistas, diecinueve conciertos de abono. Una frondosa labor por cierto mantenida a un nivel constante.
Y también pudo verificarse, en el caso de la Orquesta Sinfónica Nacional, que lleva ya sus largas siete décadas de vida, que en sus actuaciones frecuentes en la sala sinfónica del CCK demostró buena cohesion y rendimiento en programas confeccionados con batutas diversas como el retorno una vez mas de Stefen Lano, otros programas con directores compatriotas en ascenso y también compartido con el Coro Polifónico Nacional dirigido por Jose Maria Sciutto, y como cierre de este año bastante activo hubo un concierto de la Sinfónica Nacional mas particularmente orientado hacia la música contemporánea, mostrando signos de madurez y efectivo crecimiento.
Festival Barenboim y la presencia de Gardiner
No puede quedar aislado de los grandes acontecimientos de la música clásica esta nueva edición del Festival Barenboim, efectuada totalmente en la sala sinfónica del CCK. Con toda la dinámica de sus 77 años también Barenboim compartió el cartel con Martha Argerich, como todos estos últimos años, y dio lugar a la presentación de la West-Eastern Divan Orchestra , armando sesiones camaristicas intersantes, y acompañando al piano un recital del tenor mexicano Rolando Villazon(47) , cerrando con la presencia admirable de la violinista alemana Anne-Sophie Mutter, Nacida en Baden-Wurtenberg hace 56 años, sobre el final de temporada regresó por segunda vez en el año, esta vez para presentarse con The Mutter Virtuosi en el Colón en obras del barroco, predominando su versión de alto vuelo de “Las cuatro estaciones”de Antonio Vivaldi. Fueron mas de dos décadas de ausencia del Colón de esta soberbia intérprete del violín que mostró su toque relevante, con sus figuraciones y escalas, trémolos y “grupetti”“ en un alarde de virtuosismo siempre deslumbrante.
Además de todo lo señalado, cabe consignar en este balance la valiosa intervención del English Baroque Soloists y el Monteverdi Choir dirigidos por el eminente John Eliot Gardiner, nacido hace 76 años en el Reino Unido y cultor acendrado del historicismo musical, que abordó desde Monteverdi y Scarlatti hasta Henry Purcell y el soberbio ejemplo del oratorio “Jephte” de Giacomo Carissimi en su afán investigativo.
Diversidad de solistas y conjuntos
Por cierto que el desfile de intérpretes solistas fue amplio , variado y participativo en el Colón. También el Coliseo, donde se presento esta vez el admirado violonchelista de Letonia Misha Maisky(71) pudiendo citarse entre otras figuras en nuestro medio a las hermanas francesas Katia y Marielle Labéque, en ejemplar dúo de pianos, el Festival Chopiniana creado y dirigido por Martha Noguera que entregó una nueva y valiosa edición con pianistas internacionales, epilogando con una lucida sesión en el gran salón de honor del Palacio Paz con presencia de representantes de embajadas de los diferentes países cuyos tecladistas formaron para delciclo que todos los años auspicia la embajada de Polonia.
También el ya tradicional ciclo de intérpretes argentinos merece una vez mas su mención positiva en los conciertos matinales del Colon en días domingos ,asi como los ofrecidos por el Instituto Superior de Arte del mismo teatro o, los realizados por las orquestas juveniles,como la activa orquesta Nacional José de San Martin en la Facultad de Derecho de la UBA ,a cargo de Mario Benzecry, la Académica del ISATC y la de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto.”
En resumidas cuentas: un cúmulo de propuestas que acompañan la idea abarcativa del año que concluye.