Teatro Colón: recuerdos de Stravinsky y de Falla
Teatro Colón
Sábado 18 de Setiembre de 2021
Escribe: Néstor Echevarría - (La Prensa 21-9-21)
Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. :
- Sinfonia para vientos y el Concierto para piano y vientos, ambas de Igor Stravinsky
- “El amor brujo” de Manuel de Falla.
Direccion : Enrique Arturo Diemecke
Solistas :Cecilia Diaz ( mezzosoprano) y Lilia Salzano (piano) .
Sin duda atractivo y con carácter de homenaje, el programa presentado por el Colón rindió tributo al gran músico gaditano Manuel de Falla, fallecido en nuestro país hace setenta y cinco años, en Alta Gracia, Córdoba. Había llegado a la Argentina en 1939 viviendo sus últimos años en la casa “Los espinillos” de Alta Gracia (convertida luego en museo) hasta su muerte, hace tres cuartos de siglo, buscando mejorar su salud y gozar de la paz de la serranía cordobesa.
El concierto de homenaje incluyo “El amor brujo”, una composición, nacida como música para ballet, puede hablarse que desde la gitanería inicial de 1915 , con su popularización, hizo diversas versiones hasta la sinfónico-orquestal que mas se representa en nuestros días, con trece trozos y una duración de unos veinticinco minutos aproximadamente.
En ella la orquesta dirigida por su titular Enrique Arturo Diemecke, segura y bien atildada, y la voz de la destacada mezzosoprano compatriota Cecilia Diaz, que ganara el concurso Operalia por mediados de los noventa, logrando una exitosa carrera entre nosotros y el exterior Su retorno mostró un fluido vocalismo para el lenguaje del músico gaditano y plasmó una interpretación de mérito, ya desde sus primeras frases y sus otras intervenciones. La versión fue muy festejada por el publico.
Ahora bien, si el referido homenaje creó la mayor expectativa del concierto por su significado, cabe señalar que la parte inicial del programa también trajo algunos reflejos de evocación Inclusive. Porque el ilustre compositor ruso Igor Stravinsky también está relacionado con un par de presencias en Buenos Aires y en el Colon La primera en 1936 y luego, tras casi un cuarto de siglo volvió, hecho que recordamos. De modo que en esta velada, sus exploraciones musicales (valga el concepto) volvieron a tener presencia.
Diemecke y la orquesta incluyeron este séptimo concierto dos piezas stravinskyanas interesantes y poco difundidas. Por un lado, la llamada “Sinfonia para vientos” con numerosos ejecutantes en maderas y metales, que dura unos diez minutos, estrenada hace un siglo exactamente, plasmando una ejecución bien noble y representativa.
Y a ella le siguió el “Concierto para piano y vientos” de la segunda década del novecientos, donde se presentó la joven solista Lilia Salzano demostrando las dotes adquiridas en varios festivales y en su amplio vinculo con la provincia santafesina, donde integra la planta de instrumentistas de la orquesta . Expuso su “toucher” con precisión y acertada métrica, en una rítmica insistente de un Stravinsky que, como dato curioso, fue el propio pianista (por primera vez en público).cuando el estreno. En suma, dos perfiles diferentes de un atractivo concierto.
N.E.
Calificación: Muy bueno