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Annie Dutoit Argerich, realmente magnífica

 

QUIEN FUE CLARA SCHUMANN

 

Sala Cunill Cabanellas del teatro San Martín

Sábado 19 de Febrero de 2022

 

Escribe: Carlos Ernesto Ure

 

“¿Quién fue Clara Wieck?”, monodrama musical en un acto de Betty Gambartes y Diego Vila.

Con Annie Dutoit Argerich, actriz, Víctor Torres, canto y Eduardo Delgado, piano.

Sonido y video de Miguel Álvarez y Gabriel Busso

iluminación de  David Seldes

vestuario de Gabriela Galán

escenografía de Gastón Joubert y dirección general de Betty Gambartes. El sábado 19, en la Sala Cunill Cabanellas del teatro San Martín

 

Pianista precoz y luego una de las concertistas europeas de máximo nivel. Hija de un despiadado profesor de su instrumento. Fina compositora (algunas de sus piezas se siguen tocando). Madre de ocho hijos. Profesora. Editora. Artista multipremiada. En sus épocas postreras estrecha amiga de Brahms (nunca quedó en claro hasta qué grado de intimidad). Clara Wieck (1819-1896) fue todo eso, pero antes que cualquier otra cosa: la amantísima, devota y abnegada esposa de Robert Schumann (1810-1856).

 

Entre otras evocaciones literarias y fílmicas a las que se presta esta vida, decididamente de leyenda, destaca sin duda “Fruehlingssinfonie“ (“Sinfonía de primavera”), película que dirigió Peter Schamoni, con Nastassjia Kinski, Herbert Grönemeyer y Rolf Hoppe. Ahora y en nuestro medio, con base en la multifacética trayectoria de un personaje tan intenso, Diego Vila y Betty Gambartes escribieron lo que denominan una “bioficción musical”, que el sábado se pudo estrenar finalmente en el San Martín.

 

Labor agotadora

 Digamos como punto de partida que se trata de una obra de raíces e intención serias, que a lo largo de casi una hora y media va enlazando con mínimas pausas y en escenas sucesivas las diversas vivencias existenciales de Clara Wieck (quien adoptó después de su matrimonio y para siempre el nombre de Clara Schumann). El texto es directo, claro, ampliamente evocativo, si se quiere conciso, despojado de lugares trillados. Exhibe una rítmica teatral de atrayente fluidez, y pese a cierta dureza creativa en el final, luce respetuoso de la persona y la personalidad de la protagonista.

 

 Este papel fue asumido por Annie Dutoit Argerich (Berna, 1970). Hija del relevante maestro suizo Charles Dutoit y de Martha Argerich, bien puede afirmarse que nuestra visitante desplegó en este “métier” una tarea realmente estelar. Con perfecta dicción castellana (no sin cierto leve dejo extranjero en el inicio), voz impecablemente impostada y texto en todo momento audible, Annie Dutoit se destacó asimismo por el manejo de tonos e intensidades, sus expresivos visajes y el enorme esfuerzo para sostener con entereza una parte que le exige presencia casi constante en el tinglado durante tiempo.

 

Enfática, firme, muy comunicativa, perfecta en el ensamble de las frases intercaladas en alemán así como también segura en sus movimientos, su técnica y oficio teatrales, su memoria y energía exteriorizaron alto nivel, al igual que el dúctil control de las gradaciones vocales.

 

Intérprete de prosa, recitadora, periodista, pedagoga, la actriz helvética es licenciada en literatura comparada por la Universidad de Princeton, obtuvo una maestría en periodismo en la Universidad de Nueva York y es Doctora en filología francesa y románica por la Universidad de Columbia. La representación de la pieza sobre Clara Schumann fue en realidad un proyecto que debió concretarse en 2020. Pero ya  con todo listo, el Sars-Covid 19 obligó a su prórroga y forzó a Annie Dutoit a quedarse  un buen tiempo en cuarentena en Buenos Aires, lo que no le causó por cierto gran desagrado:  “tengo un vínculo muy raro con Argentina. Es un misterio que viene de mi madre. Hay algo de la nostalgia europea, que no existe en Europa pero la encuentro en Buenos Aires. Me siento muy bien. No puedo explicarlo. Es mi lugar del corazón.”

 

Todo muy bien armado

Salpicada la función de continuo por páginas musicales obviamente de Schumann (“Du meine Seele”, “Im wunderschönen Monat Mai”, “Ich hab’im Traum geweinet”, entre muchas otras), el pianista Eduardo Delgado, nacido en Rosario y residente en California, de presencia permanente, tocó con solvencia y complexión, al tiempo que el barítono Víctor Torres, desde ya nuestro mejor “liederista”, mostró registro acabadamente modelado en toda su extensión, pleno de matices, y una línea de calidad.

 

Para completar el cuadro, cabe afirmar que Graciela Galán diseño un vestuario fino y elegante, y Miguel Álvarez y Gabriel Busso animaron el minimalista escenario de la Sala Cunill Cabanellas (Gastón Joubert) con adecuadas proyecciones de video. Fue cuidada y muy inteligente la iluminación proyectada para cada secuencia por David Seldes, mientras Betty Gambartes marcó movimientos, acentuaciones e intervalos con un dinámico sentido de la dramática teatral.

 

Calificación: excelente

 

Carlos Ernesto Ure