ESTRENO MUNDIAL: RESPLANDOR DE DANIEL BINELLI
LOS RETOS DE LA ORQUESTA JUAN DE DIOS FILIBERTO
Auditorio Nacional, CCK
Miércoles 17 de agosto de 2022
Escribe Osvaldo Andreoli
Fotos: Luciana Dattoma para DNOE
Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto”
Directora invitada: Lucía Zicos
Artistas invitados: Sergio Rivas, contrabajo, Armonía Opus Trío: David Lheritier, clarinete / María Marta Ferreyra, fagot / Fanny Suárez, piano
Obras de Astor Piazzolla, Osvaldo Suárez y Daniel Binelli
LOS RETOS DE UNA ORQUESTA EN ASCENSO
La orquesta enfrenta nuevos retos en cada concierto, estrena obras especialmente compuestas para su orgánico, con arreglos y adaptaciones originales. Intercala presentaciones entre los géneros populares y académicos.
Un programa con dos estrenos eleva la apuesta, entusiasma a la directora. Ella dice que Piazzolla está en el cuerpo de los músicos, pero todo lo nuevo hay que incorporarlo. Este año encaró un repertorio no tradicional, como el Concierto para violín op.30 de Alberto Ginastera.
Ahora asistimos al estreno mundial de Resplandor de Daniel Binelli. Obra comisionada para celebrar el 74°aniversario del paso a la órbita estatal de la Orquesta Porteña, creada en 1931 por Juan de Dios Filiberto. En 1948 pasó de catorce integrantes a una planta de cuarenta músicos, asumiendo sus características. Se impone crear un acervo musical propio. Obras que la representen tanto en lo genérico como en lo instrumental. Este año se incrementaron los encargos. Es una orquesta excepcional, que incluye en su orgánico tres bandoneones, guitarra y charango. (A propósito, se acaba de realizar un Congreso Internacional de Charango, con el proyecto de digitalizar la obra del musicólogo Carlos Vega).
LA CAPTURA DEL SONIDO
En la primera parte del programa escuchamos un tríptico de Astor Piazzolla, con un homenaje a Sergio Rivas, el contrabajista referente de su instrumento en la especialidad. Cumplió treinta años en el organismo y fue premiado con una placa conmemorativa. Emociones que más allá de las palabras agradeció con su versatilidad musical y el estilo de su interpretación.
Un acierto incluir los aportes de José Bragato, que tradujo su experiencia con el creador del Octeto Buenos Aires. Sus transcripciones y arreglos para orquesta y grupos instrumentales se interpretan en todo el mundo.
De entrada, Contrabajeando impresionó por la solvencia de la orquesta y el despliegue del solista. La escucha capturada por el sonido envolvente, en el momento y en el ámbito privilegiado. Seguido de Contrabajísimo, otro arreglo de Bragato, con una introducción meditativa y acordes de guitarra eléctrica. Sergio Rivas exhibió su sensibilidad y técnica depurada, tanto en los pasajes melódicos como en los golpes percutivos sobre la caja. El giro de su brazo en redondo contribuyó a la visualidad musical. Con intervenciones del piano y solos de flauta y violín, el tutti de la orquesta dió carácter a la pieza.
Por último Kicho, con arreglo de Osvaldo Piro, introdujo densidades sonoras y pizzicatos estilizados en el contrabajo. El fraseo de los bandoneones alternó con su percusión. Diálogos de violín y guitarra. Cierre compacto con un trémolo final de las cuerdas.
UN REESTRENO: TANGUESTEIN, DE OSVALDO SUÁREZ
Tanguestein obtuvo el Premio José María Castro de SADAIC a la mejor obra de cámara de 2017. Compuesta originalmente para el Armonía Opus Trío, la orquesta fue agregada con posterioridad para este reestreno. Las estructuras se modifican. La expectativa en el Auditorio Nacional era elocuente.
La obra tiene un movimiento dividido por secciones que aluden a una situación, (Un café con Gerardo Gandini, Los gestos de Buenos Aires, Recorriendo el conurbano…) Un tema rítmico se intercala con secciones melódicas. La orquesta interactúa en casi todas con el trío de solistas. Y después de una cadencia del trío, vuelve la orquesta. Finalmente se repone el primer tema y culmina con la exacerbación del ritmo, acelerado. Las semicorcheas, en lugar de aparecer compás por compás, lo hacen en todos los tiempos. El remate final es a toda orquesta.
Hay una búsqueda de timbres, desde lo cristalino del piano y el triángulo combinados, hasta la mezcla piano-trompeta-bandoneón. Una sección peculiar entre piano y guitarra. Momentos donde el tambor lleva el ritmo con un ostinato que unifica las ideas musicales.
Con rasgos de atonalismo y juegos de clarinete y fagot, se aventura en armonías disonantes. Descompone, deconstruye rítmicas tangueras, con saltos tonales, diálogos de piano y guitarra, insinuación de bandoneones, remisiones a Stravinski. Pasajes de fagot y clarinete donde se luce el Armonía Opus Trío, desplegando su gama de matices. Su fagotista, María Marta Ferreyra, también es integrante de la orquesta.
Hubo un bis. Chacarera (en estilo popular) de José Bragato. Y festejos.
RESPLANDOR O EL DESAFÍO DE DANIEL BINELLI
Daniel Binelli cuenta con un nutrido catálogo de obras sinfónicas y encara nuevas experiencias. La Asociación de Críticos Musicales ha premiado su trayectoria como compositor, y acaba de recibir el Gobbi de Oro de la Academia Nacional del Tango.
En constante despedida, multifacético, pisando los aeropuertos, prepara una misa para coro, percusión, órgano y bandoneón a estrenarse en Connecticut, EEUU.
Entre sus últimos estrenos locales figuran: Ciudad Caliente por la orquesta Filiberto (2018) y Encuentros por la Sinfónica Nacional (2019).
Para el compositor de Resplandor, el desafío fue incluir giros tangueros en un contexto no tonal. Emplea el sistema dodecafónico, explorando nuevos colores y texturas. Buscó amalgamar esas técnicas con un sonido próximo, más argentino, operando sobre la rítmica. Supo contar con una línea ponderable de bandoneones integrada por Horacio Romo, Nico Henrich y Lautaro Greco, el primer violín de Brigitta Danko y un pianista como Christian Zárate.
Es una obra con un formato nuevo, de lectura compleja. En su serialismo hay ritmos cruzados, con cambios de compases y compases de amalgama. Arduo es sortear los escollos, afiatar el conjunto. La orquesta respondió a ese nivel de exigencia capitaneada por la directora Lucía Zicos. Su precisa marcación y dominio de la partitura, fueron aprobados por el auditorio.
¿Qué suscita en el auditor atento?
EXPLORACIÓN MUSICAL Y EXISTENCIAL
Resplandor se articula en tres movimientos definidos desde lo rítmico. El primero es intenso, enérgico, en contraste con el adagio del segundo, de final lírico. Ritmos de habanera, milonga y candombe irrumpen en el tercer movimiento. Un espíritu transgresor anima esa incursión, alejada de los moldes habituales. El conflicto armónico responde a un ánimo experimental y a un pathos contemporáneo.
Se presenta con un efecto de envergadura, un resplandor. Un ostinato del piano convive con el chasquido y el acorde de los bandoneones. Sonidos sacros transfigurados. Atonalismo. Exploraciones sonoras, ecos rítmicos, pizzicatos. Itinerarios musicales con aires de tango.
Vamos por el rumbo insospechado del discurso sonoro. En el adagio las melodías se basan en una serie. Los vientos se anticipan a un rico colorido tímbrico. El clarinete anticipa los temas y la trompeta dibuja climas de suspenso. Sensaciones de avanzar a tientas por parajes inciertos de la ciudad. Mundo y submundo humano. La orquesta responde a la exigencia. Suena una base constante de piano y tambor, y arriba esas melodías serialistas. Trémolos de cuerdas y fueyes. Los acordes de flauta sumergen en un impresionismo de lo incierto. El breve pasaje de violoncello da lugar al final lírico. Vuela una cuerda. Un solo de violín repite, completa melodías que anticipó el clarinete. Se apagan las cuerdas y el sonido se pierde en el teclado.
Ataca la orquesta en el tercer movimiento. Ritmos febriles desde el piano, estallidos de milonga y candombe. Grietas, contrastes dinámicos: después de un paréntesis el tutti orquestal precede al solo de piano. Avanza, rauda digitación dentro de un clima agitado, caótico como la época. Remate con texturas apabullantes, densidades en las cuerdas. Resplandores musicales.
OSVALDO ANDREOLI