En la clausura del año de la Orquesta Filiberto
LA “MISA TANGO ARGENTINA”, INTENSO FERVOR RELIGIOSO
Sala Sinfónica CCK
Viernes 16 de diciembre de 2022
Escribe: Carlos Ernesto Ure
Sanguinetti: Cinco canciones;
Fernández y Zárate: “Misa Tango Argentina”.
Con el Trío Alpa, Cecilia Vega y Guillermo Fernández, canto
Cristián Zárate, piano.
Coro (Guillermo Tesone)
Orquesta Nacionales de Música Argentina (Laura Zicos).
Con actividad positiva, incesante, la Orquesta Nacional de Música Argentina cerró su temporada (treinta conciertos) con una función que tuvo lugar el viernes en el CCK, oportunidad en la que se re-editó la original “Misa Tango Argentina”, que había sido estrenada en Abril en la Catedral Metropolitana, con los mismos intérpretes. Seguido por gran cantidad de público (pero otra vez sin programa de mano, lo cual es lamentable), el evento se distinguió por el penetrante ardor litúrgico de la versión, en la cual participaron sus dos compositores: Guillermo Fernández como vocalista y Cristián Zárate en piano.
Una sorpresa: el coro
Preparado por Guillermo Tesone, intervino en la velada el Coro Nacional de Música Argentina, y su desempeño, se lo debe decir, llamó la atención por la transparencia de su alma global y su afinada sincronización (especialmente en el fragmento “a cappella” del “Kyrie” inicial, el “Credo”, las interrelaciones del “Santo”).
Integrada por diez números, la “Misa” fue escrita durante los años de la pandemia como fruto del loable, si se quiere abierto fervor religioso de sus autores (“es una obra que salió de nuestra fe”). Con diseños melódicos de agradable cadencia y gratos esquemas armónicos, algunos trazos efectistas, otros de cierta grandilocuencia (“Gloria”) y una duración cercana a los treinta y cinco minutos, se trata de una creación en la que subyace una intensa, devota espiritualidad. Sin duda inspirada, la música y el canto traducen en todo momento un sentimiento profundo, y al tiempo que ofrece un fervor de noble cuño, introduce asimismo nítidos rasgos propios del tango porteño (el bandoneón en el “Ave María”, las síncopas del “Aleluya”), en planos contrastantes pero adecuadamente integrados. Una de las partes más relevantes es sin duda el “Padre Nuestro”, con el exquisito discurso de las cuerdas.
En cuanto al andarivel vocal, la soprano Cecilia Vega lució registro bello y bien colocado al tiempo que el propio Guillermo Fernández, cantor de repertorio popular, luego de sobreactuados saludos en su ingreso, se manejó como pudo dentro de una tesitura escrita para él mismo, cómoda, desplegada en todo momento con convicción y comunicatividad.
La Orquesta
En lo que hace a la denominada pomposamente Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, cabe afirmar que conducida por la empeñosa y pulcra maestra Lucía Zicos (galardonada en 2019 por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina), su desempeño fue de esmerada y pareja corrección global.
En la porción inicial de la velada, el Grupo Alpa (Tomás Sanguinetti, Tomás Boqué y Lucas Garbarino) tradujo cinco canciones de autoría del primero de ellos, amables, melancólicas, en el marco de una suerte de folclore-fusión, con el sostén de un desentonado cantautor-recitante.
Calificación: bueno
Carlos Ernesto Ure