"TURANDOT" EN EL COLÓN
Teatro Colón
Viernes 17 de mayo de 2024
Escribe: Carlos Ernesto Ure
Fotos: Arnaldo Colombaroli (Teatro Colón)
Butterfly, Mimì, Tosca, Minnie, Suor Angelica, fueron las grandes protagonistas femeninas a las que como se sabe, Puccini tanto amaba. Junto a ellas se cuenta sin duda Liù, a quien el maestro de Lucca consagró ya en su trágico “canto del cisne” páginas escritas con el alma, plenas de una tocante carga emocional incluso por su exquisito cromatismo tonal. Después de las reposiciones insípidas de “Ariadne auf Naxos” (Abril 12) y “Einstein on the beach” (Abril 25), esta última con muy poco público, el TEATRO COLÓN ofreció una versión de “Turandot” (Mayo 17) en la que sobresalió precisamente Jacquelina Livieri (Liù). En constante crecimiento, la soprano rosarina, en efecto, causó impacto debido a la cálida homogeneidad, volumen y proyección de su registro, de manejo limpiamente dúctil, y la comunicatividad del fraseo.
En los otros papeles, tanto nuestro compatriota Marcelo Puente (Calaf) y Veronika Dzhioeva, natural de Osetia del Sur (protagonista) cumplieron sin ir un milímetro más allá. El primero, con voz algo engolada o entubada debido a su técnica de impostación, cantó si se quiere mecánicamente, al tiempo que la segunda, sin perjuicio de un centro no muy voluminoso pero bien armado, sorteó las conocidas dificultades de su tesitura en el sector agudo casi podría decirse que con un hilito sonoro. Carlos Vieu condujo de manera correcta, y tanto el coro de niños como el estable, preparado por Miguel Martínez, cada uno en lo suyo, desplegaron en cambio una magnífica, impecable labor.
El cuadro visual fue decididamente espléndido. Concebido originariamente con criterio realista por el recordado Roberto Oswald, la figura más relevante aportada por la Argentina a la producción lírica en el plano internacional, la puesta estuvo a cargo de su talentoso discípulo Aníbal Lápiz, quien se manejó con amplia solvencia y fidelidad a la esencia de la obra y fue autor de un vestuario de extraordinaria calidad en su colorido, creatividad y múltiples diseños.
Calificación: bueno
Carlos Ernesto Ure
